Los logopedas españoles denuncian la escasez de profesionales en el sistema público de salud y las dificultades para ejercer en el ámbito educativo

La ratio de logopedas en el sistema público de salud español es de 19,12 por cada 100.000 habitantes, lo que nos sitúa a años luz de países como Francia (38,2) o EEUU (51,1)

La logopedia es una profesión sanitaria regulada por la Ley 44/2003 de 21 de noviembre de Ordenación de las Profesiones Sanitarias (LOPS). En su artículo 7 apartado f, la LOPS define de forma breve la función de los logopedas como profesionales sanitarios que desarrollan las actividades de prevención, evaluación y recuperación de los trastornos de la audición, la fonación y del lenguaje, mediante técnicas terapéuticas propias de su disciplina.

"Un bebé que nace con dificultades para comer, un joven que después de un accidente de tráfico no puede hablar, un periodista que pierde la voz, un niño que no aprende a leer y escribir como lo hacen sus compañeros, un niño que lleva un implante coclear, un anciano que ha perdido la audición, un enfermo de Parkinson, alguien a quien han operado de un cáncer de lengua, una mujer transexual que desea una voz más femenina, una persona que sufrió una parálisis cerebral al nacer, una persona con autismo… Todas estas personas, de todas las edades, pueden verse beneficiadas por la ayuda de un logopeda", enumera Ana Vázquez, presidenta del Consejo General de Colegios de Logopedas de España, que destaca la importancia de los logopedas como profesionales sanitarios especialistas encargados de garantizar una comunicación efectiva y una deglución eficaz y segura, "dos funciones que son clave para el mantenimiento de la calidad de vida de las personas".

Pese a la importancia de los logopedas, sin embargo, desde el Consejo General de Colegios de Logopedas denuncian la escasez de estos profesionales en el sistema público de salud. Según los últimos datos del INE, correspondientes a diciembre de 2017, la ratio en España es de 19,12 logopedas por cada 100.000 habitantes, una cifra que, según Ana Vázquez, se encuentra muy por debajo de la que presentan países de nuestro entorno como Francia (38,2 logopedas por cada 100.000 habitantes) u otros que son referentes en la apuesta por la logopedia, como es el caso de Estados Unidos (51,1 logopedas por cada 100.000 habitantes). 

"En España solo la Región de Murcia (38,92) y Cataluña (35,89) presentan datos similares a los de los países punteros", señala la presidenta, que explica que la falta de logopedas "compromete la calidad de vida en personas de todas las edades", algo que puede observarse en muchos ámbitos de actuación, entre los que destacan "la insuficiente atención logopédica en los servicios públicos de salud y las enormes dificultades para encontrar un logopeda en los servicios educativos públicos".

Consecuencias gravísimas

Según destacan desde el Consejo General de Colegios de Logopedas, la falta de logopedas en el sistema público de salud "puede llegar a tener consecuencias gravísimas" para muchas personas. En ese sentido, señalan como paradigmático el caso de los pacientes con disfagia orofaríngea (DO), una alteración de la deglución altamente prevalente, sobre todo entre las personas de más de 75 años, que puede dar lugar a complicaciones graves como la desnutrición y la neumonía por aspiración, cuya tasa de mortalidad es del 50%.

"El deterioro de la calidad de vida en una persona con DO se produce por llegar a rechazar el comer en público, con el consiguiente aislamiento social, y también por una ausencia en el disfrute de los alimentos. Si una persona no puede deglutir con seguridad y/o eficacia, toda su vida se ve alterada", explica Ana Vázquez, que destaca que gracias a una intervención multidisciplinar, en la que los logopedas son los especialistas en evaluar y tratar a los usuarios con problemas de deglución tanto en intervenciones directas como indirectas, entre el 65% y el 80% de los pacientes consiguen una alimentación oral más segura y eficaz.

"Existe la necesidad urgente de homogeneizar la atención a la disfagia orofaríngea en todos los ámbitos del Sistema Nacional de Salud y de crear equipos de intervención multidisciplinares de atención a la DO, en los que se incluyan profesionales logopedas, en todos los hospitales", reivindica la presidenta.

Dificultades a nivel educativo

Otro caballo de batalla de los logopedas se encuentra a nivel educativo, donde denuncian que la ley vigente no permite la contratación de logopedas si no poseen, además, el título de maestro. Este hecho, según Vázquez, comporta que los servicios de "logopedia" ofrecidos por algunos centros no siempre sean cubiertos por logopedas (profesionales sanitarios), sino por maestros con un complemento formativo en audición y lenguaje. En ese sentido, desde el Consejo General de Colegios de Logopedas defienden la complementariedad en los roles y responsabilidades de ambos colectivos de profesionales y afirman que seguirán luchando por poder trabajar en equipo junto a los maestros de audición y lenguaje en los servicios educativos para garantizar una atención integral a los alumnos con problemas de comunicación y lenguaje.

Su presidenta, Ana Vázquez, destaca el papel "esencial" de los logopedas en los centros educativos, porque que considera "fundamental" la presencia de estos profesionales "por su valor de integración y de prevención, y para evitar el fracaso social y académico que presentan nuestras escuelas". Al respecto, por último, lamenta que en la actualidad siga sin haber profesionales logopedas en todos los centros educativos y que las becas de educación para estos servicios externos no cubran a gran parte de los alumnos con trastornos del lenguaje, el habla, la voz, la audición o la deglución, lo que acaba obligando a muchos padres "a asumir el coste del servicio".

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