Investigadores de Eugin (centros de reproducción asistida y fertilidad) han corroborado que los ovocitos vitrificados durante largos periodos de tiempo, es decir, entre 4 y 8 años, mantienen intacta su calidad. Para ello, han analizado más de 5.000 ciclos de fecundación in vitro en pacientes que emplearon óvulos de donante previamente vitrificados.
Según las conclusiones, presentadas en el 38º Congreso Anual de la Sociedad Europea de Reproducción Humana y Embriología (ESHRE), que se celebra del 3 al 6 de julio en Milán, tras un análisis donde se tuvieron en cuenta un elevado número de variables, no se identificaron diferencias ni en tasas de supervivencia ni de fecundación en aquellos ovocitos almacenados entre 4 y 8 años con respecto a los que se conservaron durante temporadas más cortas. Las tasas de embarazo y de bebé nacido se mantuvieron también altas.
"Actualmente, la vitrificación es el método más eficaz para la congelación de ovocitos y preservación de la fertilidad. Sin embargo, al ser una técnica relativamente reciente, ya que se empezó a usar de forma rutinaria hace unos 10 años, no se conocía el efecto del almacenamiento de los ovocitos en bancos de nitrógeno a largo plazo", ha señalado el doctor Marc Torra-Massana, biólogo de la mencionada compañía e investigador principal del estudio.
En concreto, el método que se emplea en la vitrificación ovocitaria es la congelación ultrarrápida, mediante la que se sumergen los óvulos en nitrógeno líquido a -196 ºC. De esta manera, las células se mantienen inalteradas durante un tiempo indefinido, hasta que se utilizan.
Vitrificar para preservar la fertilidad
La congelación de óvulos o vitrificación ovocitaria se utiliza para la preservación de la fertilidad de la mujer. Con esta técnica se pueden guardar los óvulos maduros de una mujer para emplear en el futuro con la misma probabilidad de embarazo que en el momento en que se hizo ese tratamiento. Por ejemplo, una mujer podría vitrificar sus óvulos con 29 años y utilizarlos con 40, conservando la probabilidad de embarazo del momento de la vitrificación.
La vitrificación ovocitaria se emplea por motivos médicos, es decir, en pacientes que se someten a tratamientos muy agresivos para su fertilidad, como los oncológicos, o a cirugías ginecológicas, y también se recurre a ella por motivos sociales, es decir, si la mujer decide posponer la maternidad por motivos personales.
Este procedimiento se suele realizar para mujeres de hasta 40 años (aunque se aconseja especialmente para las de menos de 35) que en el futuro quieren ser madres, ya que según la edad que tenga la mujer en el momento de la congelación de ovocitos, la tasa de éxito del tratamiento de congelación de óvulos varía. Por esta razón, cuanto más joven se preserva la fertilidad, mejores tasas de éxito se registran.
"Los resultados de este estudio, en el que hemos trabajado durante 8 años, entre 2013 y 2021, suponen un paso más en el conocimiento de la vitrificación aplicada a la criopreservación de ovocitos. Nos permiten concluir que esta técnica es una buena alternativa para pacientes jóvenes que requieran conservar sus óvulos a largo plazo, al tiempo que aportan nuevos escenarios en los programas de ovodonación, tratamientos con una demanda social creciente", ha indicado Torra-Massana.
Práctica clínica con embriones mosaico
Otra de las investigaciones que ha dado a conocer en ESHRE 2022 la investigadora Mina Popovic, también del grupo clínico, sentará un nuevo precedente en la manera en que los centros de reproducción asistida afronten la práctica clínica con los embriones mosaico. Hasta el momento, el empleo de estos embriones, que presentan una mezcla de células sanas con otras alteradas y que, por tanto, no se pueden clasificar como totalmente aptos o no aptos, es principalmente decisión de las clínicas y de los pacientes. Debido a la escasa información científica sobre estos embriones, únicamente se están usando un 10% de ellos.
El estudio, que ha contado con la colaboración de 18 centros de reproducción asistida y ocho laboratorios de detección de anomalías embrionarias (PGT-A) en cinco países (Brasil, Estados Unidos, España, Argentina y Bélgica), revisó un total de 36.395 análisis, concluyendo que hay mucha disparidad de criterios entre laboratorios respecto al diagnóstico de embriones mosaico, disminuyendo las posibilidades de éxito de un tratamiento de reproducción asistida, ya que, por prevención, en la mayoría de los casos se descartan.
En este sentido, la investigación apuesta por continuar profundizando en este campo, al tiempo que recomienda dejar de utilizar esta clasificación en la práctica clínica. "En este momento permanecen dudas sobre el impacto de las técnicas de análisis, además de la interpretación de los resultados obtenidos, cuando se habla de embriones mosaicos. Debido a las grandes disparidades entre laboratorios de análisis, la aplicación de este diagnóstico suele generar incertidumbre y, tal y como se produce hoy en día, podría llegar a perjudicar las probabilidades de éxito de los tratamientos, especialmente en mujeres con muy pocos embriones", ha señalado Popovic.