Se observa que los pacientes con diagnóstico secundario de insuficiencia cardiaca (ICdgsec) suponen, para el Sistema Nacional de Salud, una carga mayor que en el caso de la insuficiencia cardiaca de diagnóstico primario (ICdgpri), en el estudio "Primary vs. Secondary Heart Failure Diagnosis: Differences in Clinical Outcomes, Healthcare Resource Utilization and Cost" llevado a cabo por investigadores españoles y promovido por AstraZeneca, cuyo objetivo es evaluar la carga de la ICdgsec comparando las características clínicas, la utilización de recursos sanitarios y los costes económicos de estos pacientes frente a los que presentaban ICdgpri.
Se trata de un estudio retrospectivo y observacional en una cohorte de pacientes de edad igual o mayor a 18 años, con al menos una visita a urgencias durante 2018 en el Hospital 12 de Octubre que presentaban ICdgpri o ICdgsec. Para ello, se utilizó el modelo COHERENT, un nuevo método que de forma muy visual compara las características basales, la carga de la enfermedad y la evolución de los pacientes tanto a los 30 días como al año de la entrada en urgencias, y a la vez estima el uso de recursos sanitarios y los costes asociados.
Aunque los ingresos de pacientes con insuficiencia cardiaca (IC) son frecuentes, hasta la fecha se desconocía el dato de hospitalizaciones por ICdgsec. En este sentido, en el estudio se observa que "los pacientes con ICdgsec tienen más comorbilidades, peor pronóstico a corto plazo, utilizan más recursos sanitarios y el coste total por hospitalización es un 34% mayor en comparación a los pacientes con ICdgpri; además, hay más pacientes hospitalizados con ICdgsec que con ICdgpri", afirma el Dr. Héctor Bueno, que lidera el grupo de investigación cardiovascular translacional multidisciplinar en el CNIC y el área de investigación cardiovascular en el Hospital 12 de Octubre de Madrid, y es el primer firmante del artículo.
Por todo ello, se evidencia la necesidad de una mejora del manejo de los pacientes con ICdgsec con la existencia de equipos multidisciplinarios de insuficiencia cardiaca que faciliten la colaboración directa entre cardiólogos, internistas y geriatras. "El hecho de que el cuidado de los pacientes con ICdgsec requiera mayores recursos sanitarios en términos absolutos y relativos, es relevante y consistente con la mayor carga de comorbilidad de estos pacientes, en particular con la mayor duración de su estancia hospitalaria", explica el doctor.
Ana Pérez, directora Médica y de Asuntos Regulatorios de AstraZeneca, destaca la participación de la compañía en este estudio para poder "seguir conociendo las características y necesidades específicas de los pacientes con ICdgsec, con el objetivo de mejorar su manejo y conseguir una reducción de los recursos y los costes sanitarios."
Sobre la insuficiencia cardiaca
La insuficiencia cardíaca (IC) es una enfermedad cardiovascular crónica frecuente y muy grave y, aunque el pronóstico de la IC ha mejorado en los últimos años, las tasas de mortalidad siguen siendo altas. Sin embargo, es de esperar que la prevalencia de esta patología aumente en los próximos años, debido sobre todo al envejecimiento de la población, por tanto, aumentará también el número de hospitalizaciones por esta causa. Además, los síntomas asociados a la IC repercuten negativamente en la calidad de vida de los pacientes.
La IC afecta en España al 1,89% de la población de 18 años o más, aunque asciende al 9% en mayores de 80 años. La carga económica de la IC es importante, suponiendo las hospitalizaciones el mayor porcentaje, frente a los costes de los tratamientos que representan solo una pequeña proporción. Por tanto, se trata de un importante problema de salud pública en países como España, en donde el progresivo envejecimiento de la población ha supuesto un aumento de la prevalencia de esta enfermedad.
Esta patología puede afectar gravemente a la calidad de vida del paciente, al reducir su independencia y capacidad para realizar actividades cotidianas. La optimización del tratamiento de los pacientes con IC es necesaria no solo para mejorar la calidad de vida, sino también para reducir la morbilidad y la mortalidad.