El verano es una época beneficiosa para los pacientes con enfermedades reumáticas, al ser una estación meteorológicamente estable y sin variaciones bruscas de la presión atmosférica. Según ha explicado el Dr. Jesús Tornero, jefe de la Sección de Reumatología del Hospital Universitario de Guadalajara, "estos afectados suelen encontrarse mejor, con menos crisis y exacerbaciones de su dolor en verano. Además, las personas que sufren osteoporosis por déficit de vitamina D son las que se ven más beneficiadas gracias a los rayos ultravioleta del sol".
Según su opinión, al tener más días soleados, con más radiación ultravioleta dispersa y al ir con más zonas de la piel expuestas al sol se tiene más capacidad de sintetizar la vitamina D, que es fundamental para los huesos y los músculos. Además, el calor favorece la dilatación de los vasos sanguíneos por la relajación del músculo de la pared vascular. También las personas que sufren contracturas musculares en la espalda con el calor del verano suelen mejorar. Así sucede en las artrosis de la columna vertebral y los síndromes miofasciales cervicales, dorsales y lumbares.
La radiación solar también es importante como activadora de las lesiones de algunas enfermedades reumáticas como el lupus eritematoso sistémico. En concreto, el sol puede ser un motivo desencadenante de algún brote de la patología y provocar reacciones fotosensibles como erupciones cutáneas, fiebre, fatiga, inflamación y dolor articular, entre otros síntomas. Por eso, es imprescindible que estos afectados no tomen el sol y usen cremas de fotoprotección solar.
En cuanto a las vacaciones, cuando se viaja en coche o en autobús durante una larga distancia en posición fija se favorece el remanso de la sangre especialmente en las extremidades inferiores y ello puede inducir a la formación de coágulos y los episodios de trombosis venosa o embolia de pulmón. Además, los pacientes que tienen enfermedades reumáticas deben evitar la rigidez y el dolor que pueden ser causa de la inmovilidad, por eso es conveniente levantarse cada poco tiempo, caminar durante un rato y estirar y flexionar las articulaciones.
Por otra parte, el Dr. Tornero ha advertido que "es preciso beber mucho líquido pero que hay que evitar el consumo excesivo de alcohol, porque este último produce vasodilatación en la piel y más pérdida de fluidos. Además la cerveza es muy mala para los pacientes que sufren gota, ya que favorece las reagudizaciones y ataques de esta patología".
Por último, el exceso de sedentarismo no es bueno. La actividad física y la contracción muscular favorecen la tonificación muscular, la estabilidad de las articulaciones y son los mejores estimulantes que existen para la formación del hueso en el esqueleto.