La inmunización de población susceptible constituye la medida más eficaz para el control de enfermedades infecciosas para las que existe vacuna. En España la vacunación infantil es una práctica muy bien aceptada y demandada por los padres. Las coberturas vacunales presentan unas tasas muy altas en población infantil lo que redunda en la disminución de la morbi-mortalidad provocada por enfermedades infecciosas.
Para el mantenimiento de estas elevadas coberturas vacunales, las autoridades y los profesionales sanitarios debemos trabajar en el mismo sentido y de forma coordinada. Cualquier desacuerdo entre ambos debe ser adecuadamente explicado. En caso contrario se corre el peligro de crear en la población una situación de escepticismo, cuando no de descrédito, que afecte no a una vacuna en concreto sino al hecho en sí de la vacunación en general lo que supondría un grave problema de salud pública.
Desde la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap), que representa a más de 3.700 pediatras que trabajan en el primer nivel asistencial, manifestamos públicamente nuestro apoyo a la propuesta anunciada por el Ministerio de Sanidad, que pretende incluir definitivamente la vacuna frente a la varicela en el Calendario Vacunal Único del Sistema Nacional de Salud (SNS), considerando su administración en edades tempranas.
La AEPap suscribe la recomendación del Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría (AEP), que propone la vacunación de todos los niños que viven en nuestro país con 2 dosis, la primera a los 12-15 meses de vida y la siguiente a los 2-3 años de edad. Esta recomendación está basada en la mejor y más rigurosa información científica disponible actualmente, que demuestra los beneficios de la vacuna de varicela aplicada a estas edades.
Incorporar la vacuna de la varicela a edades tempranas nos situaría al mismo nivel que otros países con sistemas sanitarios avanzados como Estados Unidos, Canadá, Australia o Alemania. Es difícil entender que los sistemas sanitarios de estos países hubieran tomado esta decisión sin haber considerado las evidencias científicas a su favor, lo que posteriormente se ha seguido confirmando mediante un riguroso seguimiento epidemiológico tras la incorporación de la vacuna de la varicela de forma sistemática en sus calendarios.
Recientemente el Centro Europeo de Prevención y Control de Enfermedades (ECDC) ha publicado un informe sobre la vacunación contra la varicela en la Unión Europea, en el que presenta como principales conclusiones que: "hay una creciente evidencia de que las vacunas contra la varicela son altamente inmunogénicas, eficaces y seguras en la prevención de la enfermedad de la varicela. La evidencia de los países que han implementado la vacunación contra la varicela universal de los lactantes demuestra una reducción significativa y sostenida de la carga de la varicela, sin aparentes aumentos de Herpes Zoster en las poblaciones vacunadas hasta la fecha…"
En dicho informe también se plantean algunas dudas en el conocimiento de ciertos aspectos como la duración de la inmunidad a largo plazo, la fecha idónea para la dosis de recuerdo, y los mecanismos inmunológicos para el desarrollo de herpes zoster (HZ), entre otros… Es difícil entender que no existan dudas y cuestiones por resolver en cualquier campo de la ciencia, incluido las vacunas, pero estos aspectos no deben impedir o limitar que la población infantil pueda beneficiarse de una medida de prevención tan eficaz. El ECDC no cuestiona la eficacia de la vacuna en la reducción de la carga de la enfermedad ni la seguridad de las vacunas disponibles.
En nuestro país tenemos el ejemplo de la Comunidad Foral de Navarra, que incorporó la vacuna de varicela de forma sistemática en 2007 y han publicado resultados muy favorables. La vacunación infantil frente a varicela disminuyó la incidencia un 98% en niños vacunados y un 90% en niños no vacunados menores de un año y un 89% en mayores de 9 años, demostrando que la vacuna es altamente efectiva y aporta beneficios tanto en vacunados como no vacunados.
Las hospitalizaciones por varicela disminuyeron en Navarra un 89%. En general el estudio de Navarra (García Cenoz M, Eurosurveillance 2014) indica una efectividad vacunal del 96,8%. Con este nivel y considerando los días de trabajo perdidos por los padres, la vacuna se puede considerar coste-efectiva.
Para concluir, desde AEPap manifestamos nuestro firme convencimiento que, con los datos disponibles a nivel mundial, la mejor forma de prevenir la varicela y sus complicaciones es la vacunación infantil en edades tempranas junto con el rescate en adolescentes susceptibles.
Tenemos todas las esperanzas puestas que la reunión del día 29 de julio del Pleno del Consejo Interterritorial del SNS, permita alcanzar el consenso suficiente entre todas las Comunidades Autónomas para incorporar de forma definitiva esta propuesta al Calendario Vacunal Único del SNS.