Según ha reconocido la Agencia Americana del Medicamento (FDA, en sus siglas en inglés), los pistachos, como otros frutos secos, podrían ser un alimento clave en una dieta cardiosaludable.
En este sentido, el consumo de una cantidad controlada de pistachos en la dieta ayuda a controlar los niveles de colesterol, la inflamación y la salud de los vasos sanguíneos. Además, los pistachos poseen grasas monoinsaturadas que ayudan a disminuir el colesterol "malo" y a aumentar los niveles del colesterol "bueno". De ahí, su efecto cardiosaludable.
Por otro lado, un estudio, realizado por la Universidad del Estado de Pennsylvania, demostró que incorporar pistachos a la dieta saludable puede prevenir la hipertensión en personas con riesgos cardiovasculares. En este sentido, es destacable que una ración de pistachos contiene el 8% del valor diario recomendado de potasio y de magnesio necesario para mantener una presión sanguínea saludable.
Según destaca la Dra. Nieves Palacios Gil de Antuñano, jefe del Servicio de Medicina, Endocrinología y Nutrición del Centro de Medicina del Deporte perteneciente al Consejo Superior de Deportes, "los pistachos presentan un perfil nutricional muy saludable: son ricos en grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas y en sustancias antioxidantes (vitaminas A, C y selenio) conocidas por su importante papel en la protección de la función endotelial y en la prevención de alteraciones vasculares. Son bajos en grasas saturadas y no poseen colesterol, lo que suma poder en la defensa contra las enfermedades cardiovasculares".
Además, añade la experta, "presentan un alto contenido en minerales como el potasio, que es importante en la regulación de la tensión arterial por su efecto positivo sobre los vasos sanguíneos y por su capacidad para aumentar la excreción del sodio, mineral cuyo exceso está relacionado con la hipertensión arterial".