Las bajas temperaturas propician que muchas personas tengan tendencia a acercar sobre todo sus miembros inferiores a las fuentes de calor como son las estufas domésticas o braseros. Desde el Ilustre Colegio Oficial de Podólogos de la Comunidad Valenciana (ICOPCV) se ha advertido de que este comportamiento puede acarrear importantes problemas de salud especialmente en el caso de las personas mayores o las que tienen diversas patologías como la diabetes o deficiencias circulatorias.
"Es importante que las habitaciones donde están las personas mayores estén caldeadas, pero hay que tener cuidado con las fuentes de calor directas. Suelen tener tendencia a acercar los pies al brasero porque los notan fríos. Sin embargo, como es habitual que padezcan neuropatías o alteraciones de la sensibilidad, pueden estar sufriendo quemaduras y no se dan cuenta porque no lo perciben", ha explicado Maite García, vicepresidenta del Colegio.
"A causa de esto, es muy frecuente que en las consultas nos encontremos por estas fechas con pacientes que presentan el llamado eritema ‘ab igne' que son unas manchas oscuras de aspecto reticulado que aparecen en la zona de la piel expuesta a una fuente de calor crónica como son estos braseros, calefactores, mantas eléctricas, etc".
Se ha señalado que al eliminarse la fuente de calor directa, estas manchas van desapareciendo poco a poco. No obstante, hay que tener cuidado porque se ha llegado a casos de padecer quemaduras graves y, precisamente, debido a sus problemas circulatorios cuestan mucho de curar, lo que disminuye su capacidad de movimiento y afecta en su salud en general obligándoles a un mayor sedentarismo. Además, en casos extremos, si se mantiene la presencia de esta fuente de calor de forma constante se pueden desarrollar tumores malignos cutáneos como el carcinoma epidermoide.