La lucha contra la legionela se basa en la prevención

España registra anualmente alrededor de 45 brotes de legionela, el 25% de ellos de origen nosocomial (adquiridos en los hospitales). Las instalaciones que más frecuentemente están colonizadas son los sistemas de agua caliente sanitaria de grandes edificios y los sistemas de enfriamiento evaporativos.
 

La legionela es una bacteria que se encuentra de forma natural en el agua y solo cuando prolifera en exceso y se propaga pude dar lugar a casos de legionelosis. Alrededor del 25% de los casos de legionelosis que se registran son nosocomiales, es decir, se han adquirido en un hospital. De ellos el 20%, aproximadamente, tienen un desenlace fatal, aunque el porcentaje puede aumentar si los afectados padecen una enfermedad asociada que haya provocado que el sistema inmune del paciente se encuentre debilitado.

Para los expertos, este es el principal motivo para tener especial precaución en el ámbito hospitalario, y aplicar medidas de protección complementarias en aquellas zonas con pacientes en mayor riesgo de desarrollar la enfermedad (los ancianos, los pacientes con insuficiencia renal, con diabetes, con cáncer y con enfermedades pulmonares, entre otros).
 

La normativa española establece claros criterios para la prevención y el control de la legionelosis, que pasa por un mantenimiento correcto de las instalaciones (sean de agua sanitaria o torres de refrigeración) y la aplicación de medidas de desinfección adecuadas: biocidas en las torres de refrigeración y calor y hipoclorito sódico en los circuitos de agua sanitaria.
 

El uso de medidas preventivas podría evitar, en muchos casos, tanto los brotes como los casos aislados de esta patología. Por ejemplo, la aplicación de filtros terminales (duchas y grifos) es muy recomendable en las áreas que albergan enfermos de alto riesgo para el desarrollo de legionelosis..

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