El número de lesiones que sufren los españoles mientras realizan alguna actividad deportiva o lúdica aumenta con la llegada del verano. No solo practicamos más deporte, sino que nos atrevemos con disciplinas que durante el año no son tan demandadas. Es lo que ponen de relieve desde ASEPAL, la Asociación de Empresas de Equipos de Protección Individual, que señala que la utilización de equipos protección individual (EPI) certificados son claves para evitar un gran número de lesiones que se producen al practicar las disciplinas más solicitadas en verano.
Deporte y aventura: EPI obligado
Con la llegada de las vacaciones, el mar y la montaña se convierten en escenarios en los que muchas familias y usuarios no especializados practican deportes de aventura. Buceo, vela, alpinismo, escalada, mountain bike, senderismo, snorkel… El top 10 de los deportes reyes del verano se rige por un denominador común: la necesidad de acompañar la práctica con el correspondiente equipo de protección individual certificado. "El uso de equipos de protección individual debidamente certificados reduce los riesgos de sufrir lesiones en deportes que solemos practicar solo en verano y sobre los que muchos usuarios no están debidamente informados o familiarizados", valora Luis Gil, portavoz y secretario general de ASEPAL.
Autodisciplina en entornos ‘libres' de monitores
Lagos, pantanos, grutas, aguas abiertas, bosques… Son entornos nuevos, alejados de otros sobre los que usuario puede tener más dominio o práctica y donde, por sus especificidades, el uso de EPI debe extremarse. Además, su utilización a menudo se rige por la autodisciplina. "En verano, la práctica de determinados deportes en el mar y montaña suele desarrollarse en el ámbito privado. Llevar o no llevar casco, protecciones para las rodillas o chaleco salvavidas suele depender en muchas ocasiones de una determinación personal y no siempre existe un monitor que lo supervise. Por eso la concienciación es tan importante en estos meses", valoran.
Usuario, cambio de mentalidad
En este sentido, señalan como urgente asumir un cambio de mentalidad del usuario respecto al nivel de exigencia en prevención y seguridad que se otorga al ámbito privado. Los artículos deportivos deben estar sujetos al mismo nivel de exigencia y control que los EPI que pueden usarse en el día a día en los puestos de trabajo. "Debemos exigir la misma barrera de seguridad en un partido de fútbol con los amigos que cuando nos ponemos el casco para supervisar la operativa de una fábrica. Es decir, los equipos que usamos en el ámbito deportivo o lúdico y los profesionales deben cumplir requisitos de seguridad equiparables", destacan.
Exigencia para los fabricantes
Al mismo tiempo, las marcas responsables de los equipamientos deportivos considerados EPI deben someterse a los procesos de certificación correspondientes que los usuarios deben tener en cuenta a la hora de seleccionar y adquirir unos productos u otros. En este sentido, los cascos para rodar en bicicleta, los guantes para porteros de fútbol y hasta los manguitos para natación, entre otros, han de cumplir con los requisitos de seguridad del Reglamento (UE) 2016/425 y el RD 1407/1992.
Funcionalidad vs estética
Desde hace tiempo tratan de concienciar sobre la importancia de que los EPI que se emplean en el ámbito deportivo y lúdico cumplan con las exigencias de seguridad que marca la legislación vigente. Sin embargo, en nuestros hogares hay mucho desconocimiento sobre su uso: muchos no saben que objetos tan comunes como un casco, una rodillera o un flotador, son considerados por normativa como EPI. "En este sentido, es muy importante centrarse en las características del equipo y dejar en segundo plano el diseño estético, que a menudo suele prevalecer en este tipo de decisiones", destacan.
Los EPI del verano
La normativa existente abarca una amplísima tipología de productos que se emplean en deportes de verano, desde los equipamientos para la protección de cabeza y ojos (cascos para deportes aéreos, ciclistas y montañeros, chalecos y protectores de cabeza para motos de agua y deportes acuáticos, etc.), hasta protectores de manos, piernas y articulaciones (guantes para porteros, coderas, rodilleras para jugadores de campo, protectores de muñecas, espinilleras…). No hay que olvidarse tampoco de los protectores del cuerpo, como chalecos salvavidas, trajes de buceo, protectores contra piedras para motociclismo todoterreno, cuerdas auxiliares para alpinismo y escalada, así como diversos equipos de protección individual en general para deportes de riesgo o extremos.
España, país de deportes
El buen clima y las horas de sol son factores clave que sitúan a España como uno de los países que más deporte consume y practica, no solo en verano. En concreto, el 53,5% de la población de 15 años en adelante practicó deporte en el último año. La mayor parte de ellos, el 86,3%, con gran intensidad, al menos una vez a la semana. Son cifras de la última Encuesta de Hábitos Deportivos y Presupuestos Familiares que elabora el Instituto Nacional de Estadística (INE) y que también destacan que el gasto medio por hogar en los bienes y servicios vinculados al deporte fue de 241,8 euros y el gasto medio por persona fue de 96,7 euros. De este porcentaje, un 74,5 corresponde a servicios recreativos y deportivos mientras que sólo un 13,9% está relacionado a los equipos para deporte y sus reparaciones.