Mayor de 70 años con enfermedades asociadas, perfil del paciente atendido en Urgencias por golpe de calor

Esta patología, causada por el fallo del sistema termorregulador debido a una situación de temperaturas excesivas, puede resultar también especialmente grave en niños menores de 2-3 años.
El golpe de calor es la causa directa del fallecimiento de unas 30 personas cada verano en España, en su gran mayoría de edad avanzada.

Cada verano una treintena de personas, en su gran mayoría mayores de 70 años, fallecen en España debido al conocido como golpe de calor, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Esta patología se desencadena cuando, debido a las altas temperaturas, el mecanismo de termorregulación del organismo deja de funcionar correctamente, generando una hipertermia que puede poner en peligro la vida. Es conocido que los colectivos con mayor riesgo de sufrir este problema son las personas mayores y los niños, ya que sus sistemas de regulación de la temperatura corporal no se adaptan tan bien al aumento del calor, sobre todo si, como ocurre actualmente, el termómetro se mantiene anormalmente alto durante muchos días seguidos.

"El caso más frecuente, por lo que estamos viendo estos días en Urgencias, es el de un paciente de más de 70 años que llega con alguna patología añadida, sobre todo de tipo neurológico (demencias) o psiquiátrico, básicamente esquizofrenias, que además suele recibir medicamentos que alteran la tolerancia al calor como diuréticos, neurolépticos, anticolinérgicos…", señala el doctor Joaquín García Cañete, coordinador de Urgencias del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz (HUFJD).

En estos casos el tratamiento debe perseguir, en primer lugar, rebajar la temperatura corporal, que cuando se trata de un golpe de calor suele estar por encima de los 39 grados en axilas o conducto auditivo externo y de 40 grados en el interior del cuerpo.

"Para conseguir la refrigeración del cuerpo –explica el doctor García Cañete– utilizamos medidas físicas, como inmersión en agua helada, masaje enérgico de la piel, mantas refrigerantes y bloques de hielo en axilas e ingles, y por otra parte transfundimos sueros fríos para rebajar la temperatura en el interior del organismo". En cualquier caso, muchos de estos pacientes han recibido ya un primer tratamiento de choque durante el traslado en la ambulancia por parte de las unidades móviles del Servicio de Urgencia Médica de la Comunidad de Madrid (SUMMA 112). "La refrigeración es el punto clave del tratamiento y debe de iniciarse lo antes posible, ya que la mortalidad aumenta significativamente cuando esta se retrasa", añade el especialista.

Una vez en el hospital, y ya estabilizados en Urgencias tras adoptar las medidas citadas, la mayoría de las personas mayores atendidas por golpe de calor pasan a la Unidad de Vigilancia Intensiva (UVI), donde además se realiza una monitorización estrecha de los posibles daños que hayan podido sufrir en otros aspectos (daño cerebral, coagulopatía, etcétera).

Los niños, también vulnerables

El otro perfil de paciente más susceptible de padecer golpe de calor es el de los niños menores de cuatro años, si bien es en menores de 2-3 años cuando hay que tener más cuidado porque todavía no saben expresar lo que les está ocurriendo, y en algunos casos los síntomas podrían pasar desapercibidos, al menos en una primera fase.

"Sobre todo en el caso de los lactantes hay que asegurarse de que sigan correctamente todas sus tomas y estar muy pendientes cuando veamos que se ponen irritables", señala por su parte el doctor Leandro Soriano Guillén, jefe del Servicio de Pediatría del HUFJD. Y, por supuesto, en el caso de los niños pequeños hay que evitar exposiciones prolongadas al sol en estos días de bochorno y asegurarse de que beben los suficientes líquidos.

Al contrario de lo que pasa con los mayores, es menos frecuente encontrarse con niños pequeños con golpe de calor porque "afortunadamente las familias están cada vez más informadas y concienciadas sobre la importancia de evitar el golpe de calor". Este especialista indica que, tomando las medidas adecuadas para bajar la temperatura y mediante una atención precoz, se pueden revertir los síntomas. "Si se coge a tiempo puede ser reversible, pero si aparece edema cerebral la morbimortalidad aumenta de forma sustancial", añade.

Por otro lado, el doctor Soriano señala que, sin llegar a provocar un golpe de calor, es normal que las altas temperaturas continuadas generen en los niños mayor irritabilidad y cansancio, aunque si aparecen síntomas como la elevación anormal de la temperatura, mareos o dolor de cabeza, entre otros, hay que acudir al médico.

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