Según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el mundo 60 millones de personas sufren glaucoma y se prevé que en el año 2020 esta cifra aumente a 80 millones. En España un millón de españoles padecen esta patología. De ellos, la mitad no están diagnosticados ya que es una enfermedad silenciosa que en sus primeras fases no presenta síntomas.
Según explica la Dra. Teresa Sanchez Miguet, directora médica del Servicio de Oftalmología del Hospital Nisa Virgen del Consuelo, el verdadero problema de esta patología "reside en aquellas personas que aún están por diagnosticar, al ser una enfermedad asintomática, muy difícil de detectar en los estados iniciales hasta que se encuentra en una fase avanzada. Se calcula que el 50% de los enfermos que lo padecen lo desconocen, por lo que no han recibido ningún diagnóstico concreto".
El glaucoma se caracteriza por la pérdida de visión provocada por un daño en el nervio óptico. Esta patología está íntimamente relacionada con el aumento de la presión intraocular, aunque se barajan también otras causas de origen vascular y genético. Las personas que padecen esta patología empiezan a notar que no ven como antes, van perdiendo lentamente la visión lateral. Con el tiempo, si no se diagnostica y se trata, la visión central puede también ir disminuyendo hasta llegar a provocar ceguera.
Para evitarlo, el Dr. Juan Miguel Tomas Torrent, director médico del Servicio de Oftalmología del centro hospitalario, y la Dra. Sánchez Minguet recomiendan que las personas acudan a revisiones médicas cuando existan antecedentes familiares de glaucoma o en casos de miopía alta. Además, los mayores de 40 años deben acudir a una revisión anual.