Ríos de tinta se han escrito sobre el tratamiento con toxina botulínica para la eliminación de las arrugas de expresión desde que en el año 1.989 la oftalmóloga Jean Carruthers se dio cuenta que la paciente a la que estaba tratando de estrabismo le mejoraba esta patología oftalmológica sino que además le habían desaparecido las arrugas en la frente y en la zona periorbicular. En 2002, y tras años de estudios e investigaciones, la FDA Americana (Food and Drug Administration) aprobó la toxina botulínica como tratamiento para corregir las arrugas de expresión en el tercio superior de la cara. "Desde el primer momento, se convirtió en uno de los tratamientos estéticos más demandados y, por ende, también más demonizados. Esto se debe a los excesos de algunas celebrities y a la falta de formación o mala praxis de algunos especialistas, ya que es uno de los tratamientos más eficaces y más seguros que existen para eliminar las arrugas de expresión en las manos correctas", explica el Dr. Miguel Sánchez Viera, director del Instituto de Dermatología Integral IDEI.
La falta de información sobre cómo actúa la toxina botulínica también es un hándicap que hace que muchas personas tengan miedo a realizarse este tratamiento. "Por estos motivos, es necesario desmontar algunos mitos y aportar información sobre la toxina botulínica y su uso para la corrección e, incluso, prevención de las arrugas de expresión" afirma el Dr. Sanchez Viera.
Cambia la expresión de la cara. Falso. El tratamiento debe ser aplicado por un especialista con formación en el mismo, que debe conocer cómo funciona la musculatura facial y la dosis a aplicar en cada caso, ya que ésta depende tanto de la zona donde aparezcan las arrugas, de la profundidad de las mismas e, incluso, del tipo de piel. La toxina botulínica se aplica directamente sobre los músculos del rostro, responsables de que aparezcan arrugas en la frente, en el entrecejo y alrededor de los ojos, arrugas en el cuello y de la flacidez facial. Lo que hace es relajarlos consiguiendo que el músculo no trabaje y, por tanto, deje de provocar arrugas. "Si se aplica en los puntos exactos de los músculos faciales y en la dosis adecuada, el resultado será una cara con aspecto más relajado y rejuvenecido, con la mirada más abierta y joven mientras que se conserva toda la naturalidad y expresión del rostro. Nuestros pacientes nos suelen contar que incluso el entorno más cercano (marido, mujer, hijos, amigos) les comenta que tienen "muy buena cara" pero no saben el porqué. Ese es el resultado de los tratamientos con toxina botulínica cuando es aplicado por profesionales" explica el director de IDEI.
Previene la aparición de arrugas. Verdadero. La utilización a dosis bajas de toxina botulínica en el tercio superior del rostro antes de que aparezcan las primeras arrugas de expresión (sobre los 25 años de media) previene la aparición de las mismas. "Esto se debe a que al hacer trabajar menos la musculatura facial, se evitará que aparezcan precozmente las arrugas de expresión más habituales, que son las de frente, ceño y alrededor de los ojos" aclara el director de IDEI.
Su uso continuado es perjudicial. Falso. Es un tratamiento estético totalmente seguro y que se puede usar de forma continuada sin ningún perjuicio para el paciente. "De hecho, puede ayudar a "envejecer mejor", es decir, ir cumpliendo años pero con menos arrugas que las que tendríamos de forma natural y con un rostro más descansado" afirma el Dr. Sánchez Viera. Además, su uso continuado hace que los espacios entre un tratamiento y otro se vayan distanciando cada vez más en el tiempo, pudiendo pasar de ser necesario de 4 meses a solo cada 8-10 meses.
La duración de sus efectos es diferente en cada persona. Verdadero. Cada paciente es único: diferente edad, diferente tipo de piel, musculatura facial más fuerte, mayor o menos gesticulación, arrugas más o menos profundas, tratamientos previos, etc. Todo ello hace que un tratamiento pueda durar desde 4 meses hasta el doble. "Los especialistas antes de aplicar un tratamiento con toxina botulínica estudiamos el rostro del paciente y le damos una duración aproximada de la duración del tratamiento en base a sus condiciones particulares. Incluso con el paso del tiempo, la duración del tratamiento puede variar en el mismo paciente, por ejemplo, si recurre a él de forma continuada" explica el experto de IDEI.
Se utiliza también para dar volumen al rostro. Falso. El tratamiento con toxina botulínica, en su uso estético, sólo sirve para prevenir o eliminar las arrugas de expresión. Para devolver al rostro los volúmenes que se van perdiendo con la edad se utilizan rellenos, que en la mayoría de los casos, contienen ácido hialurónico y sustancias que estimulan la producción de colágeno y elastina, producción que cada vez es menor con el paso del tiempo.
Los resultados son visibles de forma casi inmediata. Verdadero. Su efecto, dependiendo de la persona, empieza a ser visible entre las 48-76 horas. A los 15 días se muestra ya el efecto definitivo que el tratamiento tiene sobre las arrugas de expresión.
Es un tratamiento doloroso. Falso. "Muchos pacientes nos hacen esta pregunta porque creen que les va a doler debido a que se aplica en zonas muy cercanas al hueso y a los ojos. Sin embargo, es prácticamente indoloro, ya que las infiltraciones se realizan con unas agujas con un calibre similar al de un cabello" aclara el Dr. Sánchez Viera. No obstante, en casos de pacientes con hipersensibilidad al dolor, se pueden aplicar cremas anestésicas previamente.
Hay que tener cuidado a la hora de elegir el lugar y el profesional. Verdadero. El tratamiento debe ser aplicado por un profesional de la medicina con formación sobre el uso de la toxina botulínica para la prevención y eliminación de arrugas de expresión. "Es un tratamiento médico, por lo que hay que elegir a un profesional acreditado y con experiencia en el mismo, ya que si no pueden aparecer efectos perniciosos tanto estéticos como para la salud. Además, también es recomendable huir de lugares donde los precios sean muy reducidos, ya que únicamente la compra de un vial ronda los 100-200€, a lo que hay que añadir los honorarios del profesional acreditado para realizar el tratamiento. Precios muy bajos pueden ser señal de un uso fraudulento de la toxina botulínica (dilución) o de que se realiza en un lugar o por un profesional no acreditado para su realización" concluye el director del Instituto de Dermatología Integral.