"El dolor está presente en, aproximadamente, el 40% de los pacientes oncológicos en estadios iniciales, pero esta cifra asciende hasta un 80% en fases avanzadas, dando lugar a lo que se conoce como dolor irruptivo oncológico (DIO), una tipología severa que empeora considerablemente la calidad de vida de las personas que lo sufren", ha señalado la doctora Dulce Rodríguez, responsable del equipo de cuidado paliativos y soporte oncológico integral del Hospital Universitario Sant Joan de Reus, con motivo de la celebración del foro ‘Debatiendo el Dolor Oncológico', promovido por TEVA Oncology. "Los tumores que con más frecuencia se asocian a dolor moderado/severo son los que afectan al hueso, como los mielomas o el cáncer de próstata, siendo las neoplasias de páncreas las que suelen presentar un dolor severo y de difícil manejo", añade.
En palabras del doctor Álvaro Gándara, coordinador de la Unidad de Soporte Hospitalario del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz de Madrid, "el dolor irruptivo oncológico (DIO) está claramente infradiagnosticado y su tratamiento, a veces, está mal indicado, bien por un uso indebido de los fármacos opioides de perfil idóneo para el DIO o bien por temor a una sobredosificación".
La etiología del dolor en el paciente con cáncer puede deberse a múltiples factores: como consecuencia a la infiltración tumoral, por el tratamiento indicado (radioterapia, quimioterapia o cirugía) o motivado por otras comorbilidades ajenas a la enfermedad oncológica (neuropatía diabética, artropatía degenerativa, neuralgia postherpética, etc.).
Comunicación médico-paciente y abordaje multidisciplinar
El doctor Gándara ha puntualizado que "una comunicación médico-paciente abierta, intensa y prolongada es clave para abordar este problema de forma adecuada. Muchas veces, los pacientes creen que la aparición de dolor es síntoma de que la enfermedad progresa mal, por lo que deciden ocultar al facultativo la verdadera dimensión del mismo".
En este sentido, el doctor Gándara ha señalado: "Durante el foro se han tratado temas de absoluta actualidad y no siempre bien conocidos por los profesionales, como el abordaje multidisciplinar del dolor y su coordinación entre niveles para optimizar los resultados, o la importancia de la comunicación médico-paciente como herramienta para mejorar los tratamientos". Por ello, las jornadas han reunido a oncólogos médicos y oncólogos radioterápicos, profesionales de unidades de dolor, de unidades de paliativos y de unidades de atención hospitalaria a domicilio.
En este sentido, la doctora Dulce Rodríguez ha explicado: "Un manejo óptimo del dolor oncológico precisa, además de un tratamiento farmacológico con analgésicos adecuados, de un tratamiento no farmacológico imprescindible para conseguir un adecuado control del dolor y que aglutine, desde técnicas anestésicas, medidas ortopédicas o rehabilitación, hasta la evaluación y el manejo de problemas psicoemocionales asociados, como el sufrimiento o el sentimiento de carga".
"Hoy en día, no se concibe mejorar el dolor oncológico si no es con la participación de todos los profesionales que tratan al paciente a lo largo de su enfermedad", ha asegurado el doctor Álvaro Gándara. "De hecho, en los últimos 30 años, con el desarrollo de los cuidados paliativos, se ha abordado el dolor de forma cada vez más completa e integral. Además, son muchos los estudios que evidencian el beneficio de la integración temprana dichos cuidados sobre la calidad de vida de los pacientes, la optimización de los recursos sanitarios y la reducción de costes. El modelo de atención más adecuado es aquel en el que oncólogos y paliativistas trabajamos de forma integrada, de la mano de los profesionales de la Enfermería, trabajadores sociales y psicólogos, entre otros", ha defendido la doctora Dulce Rodríguez.
Esta actividad ha contado con el aval científico de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), de la Sociedad Española de Oncología Radioterápica (SEOR) y de la Sociedad Española de Hospitalización a Domicilio (SEHAD).