El diagnóstico de cáncer supone un impacto emocional importante en la persona afectada y en su familia que provoca que aparezcan sentimientos de angustia, tristeza, rabia y miedo. Es inherente, comprensible, normal y esperado que quienes reciben esta noticia lo vivan como una amenaza muy importante para su vida, generando mucho sufrimiento emocional.
Ante este malestar, expresar, reconocer y poner palabra a como se siente uno mismo es fundamental para aliviar el sufrimiento, y cómo consecuencia mejorar la calidad de vida de paciente y familiares. Los familiares necesitan cuidarse para poder hacerse cargo del familiar enfermo. Los pacientes que perciben apoyo familiar tienen menos dificultad para afrontar la enfermedad.
Estas afirmaciones han sido realizadas por Ziortza Arana, psicóloga del Colegio de Psicología de Bizkaia y especialista en el tratamiento psicológico del cáncer, con motivo de la celebración del Día Mundial del Cáncer.
La experta quiere ayudar a los pacientes con cáncer a cuidarse y a sus familiares a cuidarse para poder cuidar. En este sentido, los familiares quieren ayudar, proteger, calmar al paciente, pero al mismo tiempo también sufren, tienen miedo, angustia, tristeza.
En este contexto, Arana destaca que actualmente escuchamos en numerosas ocasiones frases del entorno y familia tales como "ánimo, hay que ser positivo"; "si eres fuerte lo conseguirás"; "hay que tener buena actitud". "Es una postura comprensible porque primero intentamos protegernos a nosotros como familiar o entorno (tenemos tanto miedo y tanta angustia que preferimos no abordar el tema) y al paciente (porque si se habla del tema se va a poner triste)."Se puede entender, pero es una postura equivocada. Afrontar los reveses de la vida con tanto positivismo se ha convertido en los últimos tiempos en un arma muy peligrosa para la salud mental por la siguiente razón: dejas al paciente con cáncer muy culpabilizado porque encima de que está viviendo un proceso tan complicado, siente que con su actitud no va a ayudar en el proceso haciéndole responsable de su devenir, al mismo tiempo, se siente tremendamente incomprendido y solo aumentando su sufrimiento.
En sentido, la experta destaca que el malestar emocional provocados por el cáncer "son normales para la familia como para el paciente y hay que exteriorizarlos", pero afirma que "cuando estos sentimientos desbordan al paciente y a la familia e interfieren en el proceso de la enfermedad (por ejemplo puede poner en peligro la adhesión a los tratamientos) sería necesario buscar la ayuda de un especialista, como es el caso del psicólogo o psicóloga especializado en cáncer".
Ayuda profesional
Se debe recurrir a ayuda profesional cuando esos sentimientos de tristeza no son puntuales, acompañan casi todo el día e impiden realizar las actividades del día a día. En este sentido, es importante dar a conocer la figura del psicooncólogo tanto al paciente como a la familia desde el comienzo del proceso oncológico y mostrar la disponibilidad en cualquier momento del mismo. Lo importarte es que sean conocedores de que a pesar del camino complejo y difícil que están viviendo vamos a estar a su lado.
"La consulta de Psicología es un espacio continente, en el que hay una escucha empática, donde la palabra es una herramienta terapéutica para poder elaborar lo que está sucediendo e ir integrándolo en su biografía, siempre respetando los tiempo de cada persona ya que la demanda de ayuda del malestar emocional y su manifestación será diferente en cada persona dependiendo de la historia de vida del sujeto y del momento del proceso en el que se encuentren".
Por último, la experta del Colegio de Psicología de Bizkaia destaca que "a veces no hay que sentirse desbordado. Cuando algo nos preocupa y sentimos sobrecarga emocional, se puede acudir al psicooncólogo para que el sufrimiento no vaya a más".