Con la edad es recomendable extremar las precauciones para disfrutar de manera saludable las vacaciones de verano. Planificar con antelación y no romper la rutina de manera excesiva son las principales claves para que los mayores viajen sin contratiempos de salud.
"Lo habitual con los años es que se tengan más necesidades de cuidados o se padezcan enfermedades crónicas. Es importante planificar con tiempo los viajes. Aspectos relevantes son conocer la manera de llegar al destino, las condiciones del mismo y la documentación necesaria. Sobre todo, en las personas mayores, es esencial informarse bien y planear con detalle las vacaciones para detectar riesgos y prevenir los problemas más habituales" afirma el doctor David Curto, jefe de Gestión Asistencial de Sanitas Mayores.
Entre los principales riesgos que asumen los mayores en vacaciones se encuentran el romper con la rutina de manera drástica y no tomar conciencia de las condiciones del destino, en cuanto a clima y orografía. "La capacidad de adaptación de los mayores es más lenta y difícil por lo que hay que evitar excesos e intentar que la ruptura con la rutina no sea tan excesiva que sobrepase las posibilidades físicas. Por ejemplo, una persona no acostumbrada a caminar, no debería estar todo el día de turismo sin descansar" explica el doctor David Curto.
Si se previenen estos riesgos, los beneficios de viajar pasarán a un primer plano. Entre ellos, en las personas mayores las vacaciones favorecen de manera especial la socialización, el aprendizaje de nuevas cosas y la generación de estímulos cognitivos positivos a nivel mental.
Cuestiones prácticas a la hora de planificar el viaje
Los especialistas de Sanitas Mayores aconsejan seguir las siguientes recomendaciones a la hora de viajar:
- Practicar la movilidad en el desplazamiento con independencia del medio de transporte. Si el viaje es de más de dos horas es importante de manera regular, mover los pies, brazos y cuello para evitar la aparición de coagulos o contracturas.
- Intentar reproducir en la medida de lo posible las rutinas horarias habituales. Si está previsto un desfase horario pronunciado es conveniente que la adaptación se lleve a cabo de manera paulatina.
- El cambio de alimentación y el disfrute de nuevas gastronomías es beneficioso siempre que se haga con moderación. Asimismo las personas con una dieta pautada tendrán que seguir con la prescripción de su especialista.
- La elección de la vestimenta se hará en función del clima y se dará preferencia a ropa cómoda y amplia.
- La documentación sanitaria y la medicación no deben faltar en el equipaje. Si se sigue un tratamiento de larga duración hay que llevar la cantidad suficiente para los días de viaje. En caso de cruzar fronteras, es recomendable llevar un informe del médico habitual traducido al inglés.