Las mujeres que practican un deporte de alto nivel son más proclives a padecer incontinencia urinaria.
El ejercicio vigoroso puede aumentar el riesgo de sufrir incontinencia de esfuerzo, que se manifiesta por pérdidas al reír, toser o al hacer ejercicio. Este problema se origina por una debilidad de los músculos del perineo o del esfínter urinario que mantienen la vejiga cerrada e impiden las pérdidas. El perineo está constituido por un conjunto de músculos que sostienen los órganos del bajo vientre.
Las actividades que aumenten la presión dentro del abdomen ejercen presión sobre estos músculos y los aflojan. Así, el ejercicio intenso debilita estos músculos del perineo, sobre todo los abdominales intensivos. Las mujeres que realizan clases de fitness tres o cuatro veces por semana de manera intensa también corren el riesgo de debilitar su perineo.
Es necesario educar a las mujeres para que tomen conciencia de dónde están estos músculos y para que aprendan a contraerlos y, al fortalecerlos, evitar que se relajen durante el ejercicio. Mantener la tonicidad del perineo forma parte de un estilo de vida saludable y los ejercicios para este fin deben formar parte de las rutinas de las deportistas.