A la vuelta del verano y de sus excesos muchas personas se plantean una vida más sana, con más ejercicio físico y una alimentación racional y, quizá, alguna dieta que resuelva el exceso de kilos ganados durante la relajación de costumbres propia de las vacaciones.
El verano y las vacaciones plantean excesos de todo tipo: se come en exceso, se duerme poco y, en muchas ocasiones, se abandona la práctica deportiva habitual en favor de una vida relajada y sedentaria. La reincorporación al trabajo en los adultos, y a la actividad escolar en los niños, trae de nuevo la rutina a todos los hogares y replantea la forma de vida relajada del verano, poco acorde con las nuevas obligaciones.
Afloran nuevos proyectos durante esta reincorporación a la vida normal del día a día y muchos de ellos tienen relación con la salud. Así, quizá, la nueva temporada haya podido reavivar el deseo de iniciar una dieta sana o la práctica de ejercicio físico, pero este deseo puede frustrase en pocos días por falta de sensatez y de organización.
Aunque la motivación sea grande, las buenas intenciones se desmoronan con facilidad y la vehemencia con que algunas personas comienzan las nuevas rutinas de alimentación y ejercicio pueden ser incluso perjudiciales para la salud.
Respecto al síndrome postvacacional o depresión por la vuelta al trabajo, nos ayudará comenzar con tranquilidad sin intentar abarcar todo ni solucionar los retrasos, descansar las horas necesarias y plantearse objetivos a muy corto plazo.
Los niños también sufren con la vuelta al colegio. Las vacaciones de verano son desmesuradamente largas y la reincorporación al horario escolar y al estudio es exigente. Motivar al niño y recompensarle los primeros días con pequeñas diversiones a su vuelta del colegio puede ser una estrategia que disminuya la tensión.
Comenzar por una alimentación racional
Recuperar una dieta racional y sana y abandonar las comilonas sería el primer paso aconsejable tras el verano.
Tras las grandes comilonas del verano el peso puede haberse disparado y muchas personas se plantean una dieta estricta, incluso en exceso, para perder rápidamente los kilos acumulados.
Estos regímenes estrictos y muy rápidos son perjudiciales para la salud y no son aconsejables en ninguna circunstancia.
Recuperar una dieta racional y sana y abandonar las comilonas sería el primer paso aconsejable tras el verano. Se puede iniciar una dieta bajo prescripción médica, pero es necesario perder el exceso de peso lentamente para evitar recuperarlo en poco tiempo tras abandonar la dieta. Y, lo que es más importante, cambiar los hábitos de vida, especialmente en lo que se refiere a dieta y ejercicio, de manera definitiva- Solo así los kilos perdidos no volverán.
Recuperar los horarios fijos de las comidas, no saltarse ninguna de las comidas del día, elaborar platos bajos en grasas y ricos en vitaminas y antioxidantes con verduras, frutas, pescados y carnes magras son estrategias importantes para depurar el organismo y recuperar una buena función digestiva.
Más ejercicio físico
Se recomienda realizar ejercicio físico de forma continuada y de una forma sensata, recordando que no todo el mundo es deportista de competición y que "ponerse en forma" requiere mucho tiempo, sacrificio y dedicación. Se debe comenzar la actividad física de forma progresiva adecuada para cada edad y circunstancia, comenzando por andar una hora cada día por terreno llano y, poco a poco, intensificar después el ejercicio según cada persona y sus posibilidades. En cualquier caso, pasear entre mediadora y una hora diariamente es un ejercicio suficiente para mantenerse sano.