El sistema nacional sanitario: ¿Un enfermo en la UCI?

Rafael Bengoa: la contención del gasto sólo raciona la gestión de la sanidad pero hace falta una transformación para mejorar su calidad y eficiencia

Si lo que se pretende en la gestión de la Sanidad es mejorar la  eficiencia y calidad es mucho más recomendable transformar que racionar. Con una política de contención del gasto no se conseguirán esos objetivos
Muchos estamos de acuerdo con que es necesario mejorar la productividad, eficiencia y calidad del sector. Sin embargo  no tan conformes  con que se dirija la Sanidad desde el Ministerio de Hacienda
Esos objetivos no se alcanzarán con una política de contención del gasto pura y dura. Se consigue transformando la sanidad. Esa transformación es compleja pero es la línea que  asegurará la sostenibilidad económica de la sanidad y de los servicios sociales y que nos permitirá seguir disfrutando de un sistema público de salud
Juan Ignacio Güenechea, vicepresidente de Cofares, destaca el papel de la farmacia en el sistema sanitario porque garantiza la accesibilidad al medicamento y en muchos casos es el primer contacto de la población al sistema de salud. Propone aumentar los servicios de las farmacias
El 91% de la mortalidad en nuestro país se debe ya a las enfermedades crónicas
Hoy en día hay medio millón de personas en España con demencia senil. En 15 años más habrá un millón cien mil y no estamos preparados para que el sistema sea sostenible
Eliminar aquellas intervenciones que no aportan valor clínico y que consumen entre un 15-17% del gasto sanitario sería un buen paso

Los retos que ha de afrontar la sanidad pública a lo largo de la presente década se centran, según afirma Rafael Bengoa, exconsejero de Sanidad del Gobierno vasco y actual codirector del Instituto de Salud y Estrategia de Bilbao "en los datos demográficos actuales y la tendencia al envejecimiento de la población y la cronicidad que conlleva esa demografía, con independencia de que haya un gobierno u otro". Ese ha sido el punto de partida de la conferencia que ha pronunciado Bengoa en el marco del proyecto divulgativo Encuentros con la Salud alrededor del futuro de la sanidad bajo el título El sistema nacional sanitario: ¿Un enfermo en la UCI?, impulsada por el Grupo Cofares.

La conferencia ha sido moderada por el vicepresidente de Cofares, Juan Ignacio Güenechea, quien ha explicado, en primer lugar, que el papel que juega la Atención Farmacéutica en la sostenibilidad o transformación del sistema sanitario es "clave porque la farmacia garantiza la accesibilidad al medicamento y en muchos casos es el primer contacto de la población al sistema de salud". En este contexto ha destacado que el farmacéutico, como profesional sanitario, "aporta una serie de valores añadidos como es la ayuda a un uso racional del medicamento y ofrece servicios de salud complementarios que permiten mejorar la salud de la población".

Como mejora del sistema, ha propuesto ampliar el catálogo de servicios que presta la farmacia. "La farmacia tiene que tener una mayor implicación en la toma de decisiones con relación al paciente y solicitamos mayor acceso por parte del farmacéutico a la historia clínica y datos. Además, hace falta acabar con una serie de políticas que están excluyendo determinados medicamentos de la atención farmacéutica como los de dispensación hospitalaria. En la mayoría de los casos, y por un malentendido ahorro económico, se está privando a la farmacia, y por tanto a la población en parte, del acceso a determinados medicamentos como es el caso de los biosimilares".

Rafael Bengoa, por su parte, ha subrayado que "transformar es mejor que racionar". "Esa transformación consiste en ser mucho más proactivos con lo que ofrecemos y no esperar que los enfermos crónicos se descompensen y aparezcan en urgencia y ocupen una cama. Por otro lado es necesario juntar en las CCAA en un presupuesto único la Sanidad y los Servicios Sociales con el fin de ofrecer continuidad de cuidados socio sanitarios. Eso es lo que necesitan los pacientes y eso es lo permitirá más eficiencia.

Sabemos organizar un modelo asistencial así. No iniciar y acelerar esa transformación es un error estratégico. 

Ha relatado Bengoa cómo "el modelo de sanidad actual es reactivo: reacciona cuando el enfermo ya está en fase aguda, en el hospital o en las urgencias.  El 91% de la mortalidad en nuestro país se debe ya a las enfermedades crónicas".

"Por supuesto que una política preventiva será adecuada, pero no es suficiente con ello. Un tercio de la población vasca, por ejemplo, padece una enfermedad crónica que se debe gestionar de forma presencial y no presencial con apoyo de las tics".

Ante semejante panorama, el codirector del Instituto de Salud y Estrategia ha asegurado que "hace falta que el sector sea más eficiente para corregir las largas listas de espera, las urgencias saturadas, los niveles de investigación bajo mínimos, la desmotivación profesional y una progresiva pérdida de calidad asistencial". "Ya no basta repetir como un mantra "Hay que salvar al SNS" sino que ha de hacerse algo más. Es necesaria una inyección presupuestaria, por supuesto, pero hay que ser proactivos y anticiparse, predecir qué pacientes tendrá más necesidades asistenciales y ofrecer a estos pacientes crónicos un sistema que les procure mejores cuidados en casa, monitorizados y con profesionales capaces de dar esa asistencia a domicilio", ha aseverado.

"De la asistencia reactiva a la proactiva, ese es el reto. Veámoslo con un ejemplo", ha puntualizado Bengoa. "Hoy en día hay medio millón de personas en España con demencia senil. En 15 años más, hacia 2032, habrá un millón cien mil y no estamos preparados para que el sistema sea sostenible. Y haciendo lo que se está haciendo hoy no será posible atender esa demanda".

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Bengoa ha asumido que "son necesarios unos primeros pasos urgentes, pero sin perder de vista un proceso de transformación imprescindible. Lo correcto sería, por ejemplo, eliminar aquellas intervenciones que no aportan valor clínico y que consumen entre un 15-17% del gasto sanitario. Hablo de pruebas aleatorias, ingresos y cesáreas innecesarios, resonancias magnéticas y un uso racional de los antibióticos. Pero simultáneamente hay que impulsar la transformación imprescindible. Y que no me digan que un copago es un sistema estabilizador porque el paciente pierde la perspectiva con este método y no discierne qué es lo grave y qué no".

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