Bruselas ha acogido, un año más, la celebración del Impacto Social del Dolor (SIP por sus siglas en inglés), una plataforma internacional que reúne a todos aquellos profesionales implicados en las decisiones concernientes al dolor y a la calidad de vida de estos pacientes.
El SIP nace con la idea de concienciar de la importancia que tiene el dolor en la sociedad, la sanidad y el sistema económico de cada país y de la Unión Europea; así como de intercambiar información y compartir buenas practicas a través de ejemplos de todos los países miembros de la UE, en busca de una política del dolor centralizada. Además, este encuentro busca desarrollar y fomentar estrategias y actividades paneuropeas para mejorar el tratamiento del dolor en Europa.
Este año los expertos reunidos han debatido sobre temas tan destacados como el dolor como un indicador de calidad en el cuidado sanitario, ya que se trata de una afección que supone enormes costes no sólo para el sistema sanitario sino para el social, de hecho una de las cuestiones que se plantearon fue abordar el tema con políticas europeas que faciliten la productividad y las condiciones laborales de los pacientes con dolor crónico.
Además de esto, otro gran reto, según el Profesor José De Andrés, presidente de la European Society of Regional Anaesthesia (ESRA) y profesor titular de Anestesia de la Universidad de Valencia, es incluir las Unidades de Dolor como plataforma asistencial, de forma visible y estandarizada en todos los sistemas sanitarios. "Es necesario que todos los profesionales que atiendan a una persona con dolor conozca la existencias de estas Unidades para colaborar y conseguir mejorar la asistencia del paciente tratando su dolor", resalta. Y es que, tal y como insiste el profesor De Andrés: "En muchas ocasiones, el paciente queda relegado al tratamiento ofrecido por la especialidad médica donde ha sido derivado, cuando lo que hay que conseguir es practicar una asistencia transversal, compartir el conocimiento entre profesionales y así, mejorar el abordaje del paciente".
Otro de los aspectos destacados ha girado en torno a consideración del dolor crónico como una enfermedad o un síntoma; y es que se trata de una dolencia que se extiende a todas los ámbitos de la vida de estos pacientes, limitando y mermando su calidad de vida. Durante el encuentro, los profesionales han destacado la necesidad de concienciar, a través de la educación, sobre la importancia de la prevención, y del buen diagnóstico de esta dolencia. En este sentido, el profesor subraya que durante los últimos años se ha producido un avance claro: el conocimiento. "Gracias a la presión de los pacientes que buscan soluciones a su situación y a los medios de comunicación, se ha conseguido más información sobre esta enfermedad", explica.
Por su parte, los pacientes representados en el SIP han afirmado que es imprescindible darles formación e información para poder conseguir empoderar su cuidado y así, mejorar su realidad. En este sentido, Marisol García, miembro de la Junta Directiva de Pain Alliance Europe (PAE), ha destacado que el objetivo de la mayoría de las asociaciones de pacientes de ámbito Europeo es mejorar la calidad de vida de las millones de personas que viven cada día con una enfermedad crónica. "Para nosotros, esta mejora consiste en que seamos los pacientes los que tengamos el derecho de elegir la mejor solución y apoyo posible para vivir nuestra vida de acuerdo a nuestras posibilidades y deseos", aclara la portavoz de la PAE, quien opina que reuniones como el SIP, les brindan la oportunidad de cambiar la situación y colaborar en la mejora de la gestión del tratamiento de del dolor crónico desde estancias Europeas. "Además de los gestores, profesionales sanitarios e industria farmacéutica, los pacientes desempeñamos un papel clave ya que podemos contar nuestra experiencia", destaca.
Asimismo, Ana Vázquez, presidenta de la Liga Reumatológica Galega afirma: "Por suerte, en nuestro país, hay cada vez más conciencia y entendimiento del dolor crónico y cómo afecta e invade el entorno familiar, laboral y personal. A pesar de esto, seguimos echando en falta políticas laborales sólidas que consideren a las personas con dolor crónico". Para continuar por este camino de avances, Ana Vázquez propone que, desde los organismos internacionales como la UE, se desarrollen leyes sobre políticas laborales y sanitarias; potencien estilos de vida saludables y se forme sobre prevención y atención del dolor en todos los estamentos del sistema sanitario. Por eso, el profesor De Andrés, insiste en la idea de que, una medicina transversal consigue, por un lado, aliviar el dolor de los pacientes y por otro, ahorrar costes a nivel sociosanitario.
Además, los asistentes han debatido sobre la relación entre el cáncer y el dolor, ya que el 70% de los pacientes oncológicos lo sufre. El abordaje de ambas enfermedades se convierte en un reto cada vez más presente. Los expertos consideran que la UE tiene que trabajar por integrar este tema entre sus políticas y continuar potenciando la concienciación y la colaboración de todos los sectores.
Por otro lado, otro de los mensajes sobre los que se ha hecho hincapié durante la reunión ha sido la rehabilitación y reintegración de los trabajadores con dolor en el ámbito laboral. Tal y como reconocen los profesionales, con un buen abordaje y tratamiento del dolor crónico se consigue una mayor productividad y los pacientes que lo sufren consiguen alargar su vida laboral, lo que se traduce en una mejora en el sistema económico europeo.