La incontinencia urinaria es un afección frecuente entre las pacientes de fibrosis quística a causa de la debilidad de los músculos del suelo pélvico. Estos músculos se extienden desde el hueso púbico hasta el coxis en forma de hamaca y sirven de apoyo a los órganos del abdomen, sujetando la vejiga, el útero y el recto. Las mujeres con fibrosis quística pueden sufrir incontinencia urinaria al toser, al reírse o al realizar algún esfuerzo.
Según los expertos, el fortalecimiento de los músculos del piso pélvico es fundamental para mejorar los síntomas de incontinencia en las mujeres que sufren fibrosis quística. Los ejercicios de Kegel ayudan a fortalecer los músculos de esta zona.
La fibrosis quística es una patología genética que afecta a varios órganos del cuerpo (al aparato digestivo, al respiratorio y al reproductor). El origen de esta enfermedad se debe a mutaciones en el gen que codifica una proteína (la proteína reguladora de la conducción transmembrana de la fibrosis quística). Esta proteína controla el movimiento del cloro a través de la membrana de los epitelios que forman algunas glándulas del cuerpo, como las que producen el sudor o el moco.
Como consecuencia de ello, aumenta la viscosidad de las secreciones de las glándulas afectadas en el pulmón, el páncreas, el intestino y los órganos sexuales. Este moco viscoso es difícil de eliminar y obstruye los conductos de estas glándulas, dando lugar a diferentes alteraciones en los órganos.