Aunque según un estudio realizado por Jonhson&Jonhson, el 65% de la población dice preocuparse por proteger sus ojos de los rayos ultravioleta, la Fundación ALAIN AFFLELOU alerta de que son pocos los que toman medidas de protección, sobre todo en lo que se refiere a los niños: sólo el 2% de los menores utiliza gafas de sol.
España es uno de los países con más días de sol. Una media de 300 días soleados al año nos invitan a salir a la calle y a adquirir hábitos de vida y rutinas al aire libre; los niños en particular pasan más tiempo fuera de casa. Si a esto le sumamos que la capa de ozono, nuestro principal escudo protector frente a los rayos ultravioleta, está cada vez más dañada y deja filtrar la radiación solar, los datos indican que nos encontramos ante el periodo de la historia de mayor exposición a los rayos UV. Igual que los padres no olvidan poner crema protectora para resguardar la piel de los niños de los efectos del sol, también deberían reparar en el peligro que los rayos UV pueden tener sobre los ojos.
Elvira Jiménez, óptico-optometrista de ALAIN AFFLELOU y Máster en Investigación Clínica, señala que el sol no afecta a la piel y a la vista de la misma manera. Mientras que la exposición al sol en las horas centrales del día (entre las 12 y las 16 horas) es extremadamente peligrosa para la piel, los principales efectos dañinos de la radiación solar sobre la vista se producen al amanecer y al atardecer, el momento en el que el sol está más bajo y sus rayos inciden de manera directa en los ojos.
Jiménez subraya también que solemos identificar los peligros del sol con la intensidad de la radiación, "cuando en realidad el sol es igual de dañino para la vista aunque el día esté nublado". Cuando el cielo está cubierto, las nubes absorben el calor y parte de la luz, pero la radiación UV penetra igual. Aunque los efectos no nos molesten directamente a los ojos y no nos demos cuenta, incluso en días nublados la radiación solar puede generar problemas visuales a largo plazo.
El daño ocular producido por los rayos ultravioleta es acumulativo y permanente. Produce daños de efecto inmediato como la queratoconjuntivitis y las quemaduras corneales y de retina, y daños a largo plazo, como la pinguécula, el pterigium, las cataratas, la Degeneración Macular Asociada a la Edad (DMAE) o el nevus.
Por eso la Fundación ALAIN AFFLELOU alerta de la necesidad de proteger a los niños del sol desde pequeños para evitar daños sobre la vista. Aún más cuando se sabe que antes de los 16 años los ojos reciben el 80% de la radiación solar que puede dañar la visión.
Elvira Jiménez recomienda utilizar gafas de sol lo más envolventes posible para evitar el paso de los rayos por zonas laterales. Recomienda también elegir lentes de policarbonato, que son más resistentes a la rotura, y sobre todo filtran más los rayos UV que una lente orgánica normal. La categoría de las lentes debe ser categoría 3 (C3) para que absorban una cantidad de luz suficiente para conseguir una mayor protección.
Descubre de la mano de la Fundación ALAIN AFFLELOU los seis falsos mitos de los efectos del sol sobre la vista en verano
- Los niños están exentos de los peligros del sol si están debajo de la sombrilla en la playa o en la piscina.
FALSO: La tela de la sombrilla no es un filtro UV. Bajo la sombrilla se mantiene un 35% de la radiación solar. Por tanto, se puede generar el efecto contrario al deseado haciendo que la exposición sea más prolongada y se acumule más radiación UV, tanto en la piel como en los ojos.
Además, hay que tener en cuenta que la luz que nos llega reflejada de otras superficies como la arena y el agua del mar y hará que la radiación solar sea más intensa, aumentando así su potencial dañino.
- Es suficiente proteger a mi hijo con una gorra.
FALSO: El uso de sombrero o gorra con visera puede reducir la exposición de los ojos a los rayos UV hasta en un factor de cuatro. Pero para protegerles mejor de los rayos directos y periféricos es obligatorio el uso de gafas de sol envolventes.
Los niños necesitan incluso mayor protección UV que los adultos. El riesgo de daño a los ojos y la piel de la radiación UV solar es acumulativo a lo largo de la vida, es decir, el peligro sigue creciendo a medida que vamos acumulando horas de exposición al sol durante toda nuestra vida. Por esta razón, es especialmente importante para los niños proteger sus ojos del sol. Además, suelen pasar mucho más tiempo al aire libre que los adultos.
Cuando vayas a la playa o a la piscina no te olvides del kit completo: la sombrilla, el sombrero y las gafas de sol.
- No es necesario utilizar gafas de sol si el día está nublado.
FALSO: La radiación solar siempre está presente, desde que amanece hasta que anochece. Es más, incluso en los días nublados, con nubes altas, el índice de UV sólo se atenúa ligeramente a 0,9 en lugar del 1,0 existente cuando no hay nubes o éstas son mínimas. Sólo la lluvia, la niebla y las nubes bajas reducen significativamente la exposición a la radiación UV.
- La exposición al sol en las horas centrales del día son las más peligrosas para la vista.
FALSO: El motivo es que a esas horas el sol se encuentra en su punto más alto y, aunque sí te quemes la piel, los ojos están más protegidos por la sombra de los párpados.
Al contrario que ocurre con la piel, los principales efectos de la radiación solar sobre la vista se producen al amanecer y al atardecer, el momento en el que el sol está más bajo y sus rayos inciden de manera directa sobre los ojos.
- A diferencia de la piel, mis ojos no tienen memoria.
FALSO: Además de efectos a corto plazo en los ojos como la queraconjuntivitis, el daño ocular provocado por los rayos ultravioleta es acumulativo y permanente. Aunque no notemos el daño, la radiación produce patologías crónicas como la pinguécula, el pterigium, las cataratas o la Degeneración Macular Asociada a la Edad (DMAE).
- Las gafas de sol que compras en la calle protegen igual que las de la óptica.
FALSO: Todas las gafas de sol deben estar homologadas, de no ser así suponen un grave peligro para la salud visual. Siempre debes comprar las gafas en un establecimiento especializado con la supervisión y recomendación de un experto.