La incidencia de melanoma cutáneo en España está al alza. La tasa anual por edad por cada 100.000 personas se ha incrementado tanto en hombres como en mujeres de 2003 a 2024. En concreto, ha pasado de 12,0 a 15,1 casos en mujeres y de 12,0 a 15,4 en hombres, lo que supone una subida anual del 1,1 % y del 1,2 % respectivamente, según refleja la infografía sobre "Melanoma cutáneo en España" elaborada, coincidiendo con el Día Mundial del Melanoma que se celebra mañana, por la Red Española de Registros de Cáncer (Redecan) y la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM).
En 2024 se contabilizarán 7881 casos nuevos de melanoma cutáneo, lo que supone una incidencia de 15 casos por cada 100.000 personas/año. Así, se estima que 4156 mujeres y 3725 hombres serán diagnosticados de esta patología, lo que sitúa al melanoma cutáneo como el octavo cáncer más frecuente en el primer caso y el undécimo, en el segundo. Por edades, el grupo que se estima tendrá una mayor incidencia es el de 50 a 69 años con un 36,8 %, seguido del de 0 a 49 años con un 26,4 % y el de 70 a 79 años con un 20,2 % y por último, el de 80 años o más con un 16,6 %.
Respecto a la mortalidad cabe destacar que en 2021 se contabilizaron 1056 defunciones (2 por cada 100.000 personas/año), 586 en hombres y 471 en mujeres. Estas cifras sitúan al melanoma cutáneo en el lugar 17 como el cáncer más mortal, en el primer caso, y en el 18 en el segundo. Además, se observa que en los hombres la tasa ha crecido un 0,1 % de forma anual entre 2003 y 2021 mientras en las mujeres ha bajado un 0,4 %. Por edades son los mayores de 80 años los que tienen la cifra más alta de defunciones, un 37,0 % frente al grupo de 50 a 69 años, con un 28,0 %, el de 70 a 79 años, con un 26,4 % y el de 0 a 49, con un 8,6 %.
Por último, se puede observar que la supervivencia en este tipo de cáncer, según los últimos datos que se manejan (2008-2013) ha crecido tanto en hombres como en mujeres.
REDECAN y SEOM recuerdan que para reducir el riesgo de desarrollar un melanoma cutáneo se deben evitar las quemaduras solares así como una exposición excesiva al sol, especialmente en niños y en horas centrales del día. Además, se recomienda proteger el cuerpo con ropa adecuada y gafas de sol, utilizar fotoprotectores solares y no usar cabinas de bronceado.
No hay que olvidar asimismo explorar con frecuencia la piel y prestar especial atención a la aparición de nuevos lunares o cambios en el tamaño, forma o color de lunares ya existentes. Y, si en la familia hay antecedentes de melanoma o tiene muchos lunares, conviene considerar realizar revisiones dermatológicas de forma periódica.