Simplificar y minimizar recursos en el diagnóstico de trastornos de la conducto durante el sueño conlleva riesgos

El diagnóstico de las parasomnias (trastorno de la conducta durante el sueño) precisa de pruebas y herramientas complementarias que vayan más allá del historial clínico y que permitan el registro y la evaluación de la actividad cerebral, la respiratoria y los movimientos de los pacientes
"La única manera de diagnosticar con certeza que una persona sufre un trastorno de conducta del sueño REM es invitarle a dormir en el Hospital y hacer un polisomnograma con vídeo"

Existe una tendencia en la medicina en general, también en la medicina del sueño, hacia la simplificación y la minimización de recursos para el diagnóstico de patologías del sueño con alta incidencia, ya sea a través de la historia clínica, estudios domiciliarios, estudios simples en la consulta hospitalaria, y al uso de aplicaciones móviles y actígrafos.

Los expertos en sueño reconocen que algunas patologías del sueño, como el insomnio, se pueden diagnosticar a través de una anamnesis y sin necesidad de pruebas complementarias. Sin embargo, como matiza el doctor Alejandro Iranzo, presidente de la Sociedad Española de Sueño, hay otras enfermedades, como las parasomnias, que sí precisan de otras pruebas y herramientas complementarias que van más allá del historial clínico y que permiten el registro y la evaluación de la actividad cerebral, la respiratoria y los movimientos de los pacientes.

"El problema de la simplificación es que nos hace perder información ya que muchas de estas pruebas más sencillas solo detectan los extremos: o a los muy enfermos o a los muy normales. En medicina, sin embargo, existen muchos casos que se mueven entre ambos extremos y para el diagnóstico de esos casos tendremos que utilizar irremediablemente técnicas más sofisticadas y hacer que los pacientes acudan al hospital para realizarles un polisomnograma convencional que mida la actividad del cerebro, de los músculos, de los ojos y los movimientos", asegura Iranzo.

Trastorno de conducta del sueño REM

Un ejemplo de la importancia de los polisomnogramas se da en el caso del trastorno de conducta del sueño REM, una parasomnia caracterizada por la aparición de conductas anormales durante el sueño REM que provocan en el paciente movimientos violentos como puñetazos o patadas que se corresponden con pesadillas.

"La única manera de diagnosticar con certeza que una persona tiene este trastorno es invitarle a dormir en la unidad de sueño de un hospital y hacer un polisomnograma con vídeo, ya que hemos visto a pacientes sólo con apneas o con movimientos periódicos de las piernas que tenían la misma clínica del trastorno de conducta del sueño REM (pesadillas y conductas  anormales cuando duermen), pero al hacerles la prueba de sueño vimos que no lo sufrían", explica el presidente de la SES.

En ese sentido, Iranzo señala el riesgo de diagnosticar el trastorno del sueño REM mediante una simple anamnesis, ya que lo que hace especial a este trastorno es que una proporción importante de los pacientes son diagnosticados años más tarde de la enfermedad de Parkinson. "A una persona que le dices que tiene un trastorno de conducta del sueño REM le estás diciendo que tiene riesgo de desarrollar Parkinson en los próximos años, así que un error en el diagnóstico es gravísimo".

El neurólogo de la Unidad Multidisciplinar de Trastornos del Sueño del Hospital Clinic de Barcelona señala también la importancia del registro audiovisual en pacientes con sospecha de apneas. "Hay muchos casos en los que gracias a una prueba hospitalaria observamos que lo que los pacientes sufren no son apneas, sino estridor, un ruido que indica que hay una obstrucción de las cuerdas vocales. En una prueba domiciliaria en la que el paciente se lleva el registro a casa nunca podríamos escuchar esos ruidos porque los dispositivos no tienen micrófono", concluye.

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