Tener una buena rutina de sueño reduce el riesgo de desarrollar demencia. Así lo ha manifestado la Confederación Española de Alzheimer (CEAFA) con motivo del Día Mundial del Sueño, que se celebra el próximo 17 de marzo.
Las interrupciones y la falta de sueño interfieren en el proceso de eliminación de la proteína beta-amiloide, relacionada con el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer. Cuando dormimos se ponen en marcha los mecanismos necesarios para prescindir de la acumulación que se ha producido durante el día de esta sustancia. Pero una mala calidad del sueño favorece la formación de placa beta-amiloide, que, con el tiempo, puede dar lugar a la aparición de la enfermedad.
"No cabe duda de que la alteración del sueño es un factor de riesgo y está asociada con una mayor probabilidad de desarrollar demencia. Debemos tomar conciencia de la importancia que tiene dormir bien. El sueño es un pilar fundamental para nuestra salud física, pero también mental", afirma el miembro del Panel de Expertos Médicos de CEAFA y presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental, el doctor Manuel Martín Carrasco.
La presidenta de esta organización, Mariló Almagro, recuerda los riesgos que la falta de sueño puede tener para las personas con Alzheimer, personas cuidadoras y familiares. "Es importante vigilar que no se produzca deambulación, uno de los comportamientos más habituales asociados a la enfermedad de Alzheimer y de los que más pendiente tienen que estar las personas cuidadoras y familiares por el riesgo de una potencial pérdida, fuga del domicilio o accidente". Por otro lado, "este estado de alerta casi permanente y la falta de descanso de las personas cuidadoras también puede afectarles, sufriendo agotamiento y mal humor", añade la presidenta.
Trastorno del sueño como resultado de tener Alzheimer
Cabe tener en cuenta, que el sueño forma parte de los síntomas psicológicos y conductuales (SPCD) de la demencia. Los cambios neurológicos que se producen en el cerebro de las personas que cuentan con un diagnóstico de Alzheimer también alteran la calidad del descanso, lo que puede empeorar la enfermedad.
"Es habitual que los pacientes sufran alteraciones del ciclo del sueño, durmiendo durante el día y despertándose por la noche, insomnio o sueño fragmentado. Esta falta de sueño puede afectar a la función cognitiva y su estado de ánimo mostrando signos de irritabilidad, ansiedad, depresión y problemas para concentrarse en el día a día. Por ello, conseguir que tengan un ritmo adecuado de sueño-vigilia es esencial para su descanso y para el de toda la familia", subraya el doctor.
La entidad ofrece algunos consejos y recomendaciones básicas para los cuidadores habituales y el resto de los familiares para mejorar la calidad del sueño de la persona con Alzheimer:
- Procurar mantenerle activo y despierto durante el día, permitiéndole una media hora de siesta o reposo después de comer (a poder ser sin encamarse)
- Procurar un ambiente tranquilo, sin ruidos, con luz tenue, asegurándose de que la temperatura de la habitación es la adecuada
- Es conveniente tener a la vista un despertador grande y luminoso de noche
- No dejar ropa a mano, ya que la persona con Alzheimer puede desorientarse y pensar que es hora de levantarse y vestirse
- Establecer una rutina de actividades antes de acostarse, para que la persona identifique lo que debe hacer. Por ejemplo: tomar un vaso de leche, ir al baño, lavarse los dientes, ponerse el pijama y acostarse. También puede ayudarle poner siempre una misma música suave mientras se realizan estas actividades, de manera que asocie la música con dormir
- Procurar dormir y levantarse siempre a la misma hora. Si se levanta por la noche, llevarle hasta la ventana, subir la persiana, que la persona misma vea que es de noche, y ayudarle a volver a acostarse
- Si a pesar de los cuidados, no se consigue una buena rutina de sueño, sería necesario consultar con el médico