La enuresis nocturna (EN), orinarse en la cama, es un motivo frecuente de consulta en pediatría, aunque insuficientemente atendido desde el punto de vista científico. Urólogos, nefrólogos, pediatras, psiquiatras y psicólogos lo han abordado de forma independiente y sin plantear un enfoque global del problema. Es un trastorno, posiblemente, infradiagnosticado y, por lo tanto, infratratado. Además hay que añadir la dificultad en la detección de estos niños porque sus padres, probablemente enuréticos en su infancia, no conocen la existencia de tratamiento médico ni lo asocian a un problema pediátrico.
La enuresis afecta al 16% de los niños de 5 años, al 10% de los de 6 años y al 7,5% de los de 10 años de edad. Cuando se realizan seguimientos a largo plazo de sujetos enuréticos, se objetiva una resolución espontánea con una frecuencia aproximada del 15% anual (8, 9), a pesar de lo cual, a partir de los 15 años de edad todavía persistirá el problema en un 1-3% de la población. Pasados los 9 años de edad, es difícil acabar con la eneuresis sin tratamiento.
Pese a etiquetarse como una enfermedad menor, que tiende a desaparecer con el tiempo, realmente puede llegar a ser un problema de salud importante en niños y adolescentes, mucho más de lo percibido por los pediatras. Esta enfermedad se ha relacionado con ansiedad crónica, problemas de autoestima y retraso en la esfera social. La EN se puede considerar como un problema importante de salud, para el que su diagnóstico precoz y tratamiento pueden ayudar a estos niños a mejorar su calidad de vida.