La Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM) y la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) han alcanzado un Consenso sobre el uso de la Terapia Hormonal (TH) de la Menopausia en la actualidad, que establece que este tratamiento es el más eficaz para los síntomas de la menopausia. Un grupo de expertos de ambas instituciones han llevado a cabo una revisión sistemática de todos los ensayos clínicos aleatorizados y estudios epidemiológicos relacionados con la TH y publicados en los últimos tres años. De este análisis se ha extraído que, aunque existan terapias alternativas, la terapia hormonal es la más eficaz y eficiente.
El objetivo de este posicionamiento conjunto de la AEEM y SEGO es actualizar todas las evidencias científicas sobre la eficacia y la seguridad de la terapia hormonal de la menopausia y acabar con la mala imagen de este tratamiento. "Existe una gran discordancia entre los datos científicos actuales y la percepción que tienen sobre este tratamiento tanto las mujeres que se encuentran en esta etapa de su vida, como algunos médicos que no trabajan en el campo de la menopausia", señala el doctor Plácido Llaneza, presidente de la AEEM. "Esto ha ocasionado un temor injustificado entre las que optan por la utilización de la TH, o una pérdida innecesaria de la calidad de vida en las que lo rechazan. Y esta calidad de vida es algo que debe estar siempre presente en la actualidad", comenta el doctor Rafael Sánchez Borrego, presidente de la Fundación Española para el Estudio de la Menopausia (FEEM).
En España subsiste, en la actualidad, un problema de desinformación muy generalizado. "Las falsas creencias y los tabúes entre las mujeres han llevado a una hormonofobia en nuestro país. Incluso entre los propios especialistas, que en los últimos años han ido abandonando la información y el asesoramiento sobre la TH, ante la negativa de sus pacientes a utilizarlo", explica la doctora María Jesús Cancelo, secretaria de la SEGO. "Esto ha hecho que los nuevos médicos que se incorporan a nuestro sistema sanitario no estén del todo habilitados para prescribir esta terapia, por lo que tenemos que volver a capacitarles", añade.
Uno de los motivos por los que existe esa controversia en la indicación de algunos tratamientos, y por los que muchas mujeres y médicos temen sus efectos y los rehúsan, es el estudio titulado Women Health Iniciative, más conocido como el estudio WHI, publicado en julio de 2002. "En esta investigación se observó una serie de riesgos en un grupo concreto de pacientes, de más edad de las que, habitualmente, realizan estos tratamientos, y con un tipo concreto de terapia. Pero la TH se asoció, de forma errónea y generalizada, con más daños que beneficios para todas las mujeres y para todos los tipos de terapia", afirma el doctor Llaneza.
Sin embargo, estudios más recientes han demostrado que los riesgos son distintos en función de la edad y el estado de salud de las pacientes, así como del tratamiento a utilizar. "Por eso es importante individualizar la prescripción de la terapia hormonal, porque cada mujer y cada situación es diferente", comenta el doctor Llaneza.
Según datos de la AEEM, el 80% de las mujeres presentan, en grado variable, sofocos, insomnio, alteración de la vida sexual y otros síntomas que alteran su calidad de vida en la perimenopausia y durante la menopausia. En este sentido, la TH ha demostrado su eficacia en el alivio de dichos síntomas. Por ejemplo, reduce la frecuencia (hasta un 75%) e intensidad (hasta en un 87%) de los sofocos, resultados que no han alcanzado otras alternativas farmacológicas o no farmacológicas en el tratamiento de estas molestias. "El principal beneficio de la terapia hormonal es que alivia todos los síntomas que aparecen debido a la menopausia. Aunque, como todo en medicina, puede tener efectos secundarios, hay que destacar que todos los beneficios que aporta esta terapia superan, con creces, a los posibles riesgos, por lo que es totalmente segura", apunta el doctor Sánchez Borrego. "Además, previene la pérdida de masa ósea, parece tener un efecto favorable sobre la enfermedad cardiovascular, el estado de ánimo, la libido, el deterioro cognitivo o la piel", concluye.