La esclerosis múltiple es la enfermedad crónica invalidante más frecuente entre los adultos jóvenes europeos y constituye la segunda causa de incapacidad en este grupo de edad después de los accidentes. Esta dolencia afecta al sistema nervioso central y, en concreto, al cerebro, al tronco del encéfalo y a la médula espinal. Se debe a una pérdida de la sustancia que recubre las fibras nerviosas o mielina. Los nervios quedan entonces "desnudos" y pierden su capacidad transmisora de impulsos nerviosos. Los enfermos padecen por ello brotes de enfermedad sucesivos en los que sufren visión borrosa, dificultades de la coordinación, problemas para andar o moverse y deterioro del control de la vejiga urinaria.
Una nueva terapia en estudio utiliza los glóbulos blancos del enfermo procesados y tratados con antígenos de la mielina. Estos glóbulos blancos se inyectan por vía intravenosa y, al circular por la sangre, consiguen que las células del sistema inmune del enfermo reconozcan la propia mielina y no la ataquen. La investigación se lleva a cabo conjuntamente en la Universidad Northwestern (EE. UU.), el Hospital Universitario de Zurich (Suiza) y la Universidad de Hamburgo (Alemania).
La esclerosis múltiple es una enfermedad autoinmune en la que el sistema inmune del enfermo reconoce la mielina de los nervios como una sustancia extraña y la ataca hasta destruirla. El factor hereditario genético predisponente es indiscutible, pero también se relaciona con factores ambientales, como la infección por algunos virus o el hábito tabáquico.
De la atención temprana de la esclerosis múltiple depende, en gran medida, que la evolución de la enfermedad pueda modificarse, mejorando la calidad de vida de la persona afectada.