La Fundación Jiménez Díaz ha llevado recientemente a cabo un taller online, dentro de su Escuela de Cuidados del Paciente Oncológico, centrado en los aspectos nutricionales y el ejercicio físico, con el objetivo de crear un espacio para resolver las dudas de pacientes y familiares y ofrecer pautas para minimizar las secuelas del tratamiento frente al cáncer.
Tal y como indica el Dr. Jaime Rubio Pérez, especialista del Servicio de Oncología del hospital madrileño, "cuando los pacientes van a someterse a tratamientos oncológicos, es fundamental la detección precoz del riesgo de desnutrición: es necesario identificar las necesidades de cada paciente y tratar de solventarlas con un abordaje precoz y un control exhaustivo del mismo".
"Lo que se persigue es que la persona no empeore e incluso que mejore en la medida de lo posible ya que, evitando el deterioro, es como se consigue una mayor adherencia terapéutica y una mejor calidad de vida", añade, asegurando que "un buen seguimiento de las recomendaciones nutricionales y del ejercicio, es clave, ya que pueden ayudar a mejorar mucho al paciente y darle incluso una mayor supervivencia".
Recomendaciones para una evolución favorable
La Dra. Marta Crespo Yanguas, nutricionista y dietista del Servicio de Endocrinología y Nutrición del mencionado centro clínico, coincide con el Dr. Rubio en destacar la importancia de la valoración inicial para determinar el estado nutricional del paciente oncológico y que, posteriormente, "se puedan cubrir sus necesidades nutricionales, garantizando un aporte de energía y proteínas suficiente que evite la pérdida de peso y de masa muscular, y a la vez de vitaminas y minerales que favorezcan el correcto funcionamiento del organismo".
Asimismo, la especialista hace hincapié en la importancia de las pautas nutricionales adaptadas a cada paciente, ya que "pueden surgir diferentes efectos secundarios en función del tipo de tratamiento y de cada paciente, por lo que la aproximación deber ser diferente, buscando individualizarla lo máximo posible", aunque admite que "las recomendaciones para disminuir las náuseas, diarreas o las modificaciones de la textura de los alimentos son las más habituales".
En este sentido, añade que, a pesar de que el abordaje de cada paciente será diferente, globalmente es importante que la alimentación sea variada, incluyendo varios grupos de alimentos en cada comida, en cantidad suficiente y con correcto aporte proteico.
Junto al asesoramiento nutricional para los pacientes, Marcela Talero, coordinadora de Voluntariado de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) en la Fundación Jiménez Díaz, destaca los beneficios de la práctica regular de ejercicio físico, dirigida por profesionales como fisioterapeutas oncológicos, que puede ayudar en el abordaje de las secuelas originadas por el propio proceso de enfermedad o por el tratamiento, pero también a nivel emocional por la mejora de la sensación de bienestar.