Urticaria, hinchazón deformante de los párpados, los labios o las extremidades, mareo o pérdida de conocimiento y dificultad respiratoria, incluyendo el cierre de la glotis con el riesgo de sufrir asfixia, son los síntomas que una persona puede presentar en una reacción alérgica alimentaria. Síntomas, que en muchas ocasiones resultan desconocidos ya que hay muchas personas que no saben que padecen una alergia.
"La gente tiene que saber que cuando tiene una reacción sospechosa de ser alérgica, tiene que consultar con su médico de familia que le remitirá al alergólogo para que le realice las pruebas pertinentes, le dé un diagnóstico y le indique qué alimentos debe evitar y qué hacer en el caso de sufrir una nueva reacción", señala el Dr. Juan Díez Melgosa, alergólogo y director médico de USP La Esperanza (Vitoria).
Es tan importante que las personas que tienen indicios de sufrir una alergia alimentaria acudan al alergólogo, como que los pacientes diagnosticados sigan las indicaciones marcadas por su especialista para prevenir posibles reacciones. "Hay personas alérgicas que piensan que tomando poca cantidad del alimento que les produce alergia, teniendo un antihistamínico a mano o si lo comen pasado cierto tiempo desde la última reacción, no les ocurrirá nada, pero el resultado es totalmente impredecible en muchas ocasiones. Siempre existe el riesgo de que se presente una reacción más grave que las anteriores, y alguna vez puede ser incluso mortal", explica el Dr. Díez Melgosa.
Si a pesar de las precauciones se produce una ingesta o exposición accidental al alimento que provoca alergia, se deberán seguir las indicaciones pautadas por el alergólogo para controlar la reacción (tomar la medicación prescrita, acudir al centro médico lo antes posible y en casos muy graves, recibir una inyección de adrenalina).
Aunque todos los alimentos pueden causar alergia, el pescado, el marisco, los frutos secos y la fruta son los principales causantes de las alergias alimentarias en los adultos, mientras que la leche y el huevo lo son en los niños pequeños.
En España, una de cada cuatro personas padece algún tipo de trastorno alérgico, cifra que, según recoge la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), seguirá en aumento. "El componente genético tiene mucho peso a la hora de padecer una alergia, la facilidad para fabricar anticuerpos de tipo alérgico puede heredarse pero también puede adquirirse con el tiempo", confirma el Dr. Díez.