Uno de cada quince adultos en Europa sufren de incontinencia fecal. 27 millones de personas sufren de incontinencia fecal en el mundo frente a los 20 millones que viven con alzhéimer, siendo un problema de salud muy prevalente y variable. Puede tratarse "solo" de escapes involuntarios de vientos, de algún tipo de manchado de la ropa interior o en los casos más graves tratarse de escapes de heces, tanto líquidas como sólidas.
Así lo explican las Dras. Izaskun Badiola y Amaia Sanz, proctólogas de Proktos Clinic, especialistas en Cirugía General y del Aparato Digestivo, con motivo de la llegada del verano y la celebración de la Semana Mundial de la Continencia, que se celebra del 19 al 25 de junio de 2023.
En este contexto, ambas expertas destacan que las personas que padecen incontinencia fecal presentan en general un deterioro muy importante en su calidad de vida, afectando a su vida social (incluso evitando salir a la calle), a su vida de pareja y también se resiente su trabajo. "El periodo estival no hace más que agravar el problema porque al llevar menos ropa el problema es más fácil ser detectado por su amigos, compañeros de trabajo o por desconocidos, en la playa, piscina o en el metro (por olores o manchas)".
En esta línea, las expertas señalan que la incontinencia consiste en no poder decidir o controlar cuándo se realiza la evacuación, bien de orina o bien de heces. "La incontinencia de orina es conocida gracias a anuncios de actrices famosas de cierta edad. Sin embargo, la incontinencia fecal es un tema totalmente distinto: a día de hoy aún es un tema tabú. Pero además es un problema que las pacientes normalizan y aceptan como si fuera el precio a pagar por los embarazos y partos".
"Únicamente una de cada tres pacientes consulta por este problema y las que lo hacen lo retrasan una media de dos años hasta la primera consulta, bien por vergüenza (muy habitual) o bien porque están adaptadas al problema. Otro motivo común de postergar la consulta es porque las pacientes piensan que no hay ningún tratamiento para su caso, o a veces por no haber dado con el profesional adecuado o empático", subrayan.
Respecto al género, las especialistas afirman que "la incontinencia fecal es más frecuente en mujeres, por diversos motivos: la anatomía pélvica, la historia de embarazos y partos y por antecedentes de cirugías ginecológicas como por ejemplo la histerectomía (el vaciado). Este desequilibrio en la afectación por sexos puede llegar a ser tan elevado como 9 mujeres por cada hombre".
CAUSAS
La incontinencia fecal se puede producir por: lesión muscular durante el parto, lesión muscular no obstétrica (cirugías anales del tipo de hemorroides o traumatismos ano-rectales), incontinencia fecal neurológica central (demencia alzhéimer, ictus), esclerosis múltiple, traumatismo medular, cirugía de columna, síndrome de cola de caballo (lesiones neurológicas periféricas estas últimas ), de origen colorrectal tras cirugía de recto con radioterapia, enfermedad inflamatoria intestinal o malformaciones de nacimiento. También existe por incontinencia fecal multifactorial, que es el escenario más frecuente. Por último cabe recordar que a veces nos encontramos de incontinencia fecal sin causa aparente.
TRATAMIENTO
Badiola y Sanz explican que "el tratamiento siempre irá dirigido a cada paciente y que hay diferentes soluciones. Hay que buscar el tratamiento apropiado para cada paciente y los pacientes deben saber a dónde acudir con tranquilidad y naturalidad".
"Debemos saber qué tipo de incontinencia presenta, qué impacto tiene en su vida y qué objetivos quiere alcanzar con el tratamiento. A veces unos cambios en la dieta solucionan el problema y otras veces por ejemplo, en el caso de un desgarro obstétrico (del parto), se debe reparar la lesión quirúrgicamente", agregan.
"Por lo tanto es imprescindible una valoración completa con interrogatorio o anamnesis. Además realizamos una exploración física exhaustiva y una ecografía en endoanal para conocer el estado de los esfínteres anales (si están lesionados o no)". La ecografía endoanal es una prueba sencilla que se realiza en la misma consulta, no precisa preparación y es rápida e indolora. Esta prueba, en manos expertas, diagnostica lesiones esfinterianas y se vuelve una herramienta indispensable para el diagnóstico integral de la incontinencia fecal", destacan.
Por último, las expertas indican que "las líneas de tratamiento son dos: tratamiento conservador, que incluye medidas higiénico-dietéticas dirigido a regular el tránsito de heces, el fortalecimiento del suelo pélvico con ejercicios dirigidos por fisioterapeutas expertos y el tratamiento médico para intentar regular la consistencia de las heces".
"Por otro lado el tratamiento quirúrgico especializado engloba distintas intervenciones: cirugía reparadora de esfínteres, neuromodulación sacra (una especie de marcapasos para la continencia que se aloja bajo la piel del glúteo y estimula los nervios sacros mediante un electrodo), irrigaciones transanales (son una especie de lavativa grande que hacen que el paciente pueda controlar o programar su defecación cada 2 o 3 días, evitando de esta manera escapes involuntarios) y en los en los casos en los que no hay otra solución se realiza una colostomía definitiva, es decir, derivar las heces a la piel", concluyen las especialistas en proctología.