Urólogos del Hospital Rey Juan Carlos realizan la primera neurolisis del nervio pudendo mediante cirugía robótica

Esta intervención se realiza en muy pocos centros en nuestro país y generalmente por vía laparoscópica. La cirugía duró 120 minutos y la paciente que fue dada de alta a las 24 horas ya presentaba una reducción de su dolor de un 50%
La causa habitual de esta patología son partos que requieren fórceps o cirugías intrapélvicas que traumatizan el nervio situado en la pelvis menor. La variabilidad de síntomas que las pacientes presentan puede, en ocasiones, confundir a los profesionales y retrasar su diagnóstico

Urólogos del Hospital Universitario Rey Juan Carlos, integrado en la red sanitaria pública de la Comunidad de Madrid, han realizado la primera neurolisis del nervio pudendo mediante cirugía robótica. El doctor Pietro Moscatiello, adjunto al Servicio de Urología del Hospital Rey Juan Carlos y promotor de esta técnica explica que "el atrapamiento del nervio pudendo es una neuropatía pélvica crónica cuya principal manifestación es el dolor perineal y/o pelviano y que puede asociar disfunción miccional, defecatoria o sexual. El atrapamiento del nervio a lo largo del recorrido es multifactorial siendo descritas múltiples causas desencadenantes entre las cuales destacan las profesionales (sedentarismo), partos, traumatismo, cirugías pélvicas y radioterapia".

Esta intervención se realiza en pocos centros en nuestro país, siendo la vía laparoscópica la más utilizada. "La neurolisis consta en la liberación quirúrgica de las adherencias que rodean el nervio en su recorrido. Se han descrito múltiples vías de abordaje quirúrgico, transglutea, transvaginal, transperineal con importante morbilidad para los pacientes y últimamente abdominal con abordaje laparoscópico", aclara el doctor Miguel Sánchez Encinas, jefe del Servicio de Urología del Hospital Rey Juan Carlos de Móstoles. Por tanto, el empleo de la cirugía robótica ofrece numerosas ventajas frente a la técnica empleada para tratar esta patología: la laparoscopia convencional. "La magnificación de 10 veces de las estructuras anatómicas y la visión tridimensional son seguramente las grandes ventajas. La ausencia de temblor, la posibilidad de actuación a 360º con el instrumental a disposición, se añaden a un dispositivo quirúrgico que permite una actuación quirúrgica extremadamente fina y precisa. La plataforma da Vinci es insuperable en pequeños campos quirúrgicos", asegura el doctor Prieto Moscatiello.

En el caso de la paciente intervenida en el Hospital Universitario Rey Juan Carlos fue necesaria la monitorización intraoperatoria del nervio pudendo, realizada en colaboración con el neurofisiólogo, que consiste en "estimular las estructuras que se identifican como nervio para seguir su recurrido y ramificaciones confirmando, por lo tanto, la correcta liberación y evaluando una mejoría de la trasmisión neurológica a lo largo de la cirugía", matiza el urólogo.

Diagnóstico tardío y, a veces, incorrecto

Pese a ser una patología frecuente, su diagnóstico muchas veces se demora o no llega a realizarse correctamente. En este sentido, el doctor Miguel Sánchez Encinas, aclara que "tanto la incidencia como la prevalencia se encuentran absolutamente subestimadas. En Europa y Estados Unidos se calcula que 1 de cada 7 mujeres experimentará esta patología en forma transitoria o crónica, sin predilección por la edad. La gran variedad de síntomas que los/las pacientes pueden presentar pueden confundir los profesionales y retrasar su diagnóstico. Además, suele llevar a los mismos profesionales a elegir una explicación de condición de afectación psicológica, dirigiéndolos a terapias incorrectas".

El atrapamiento del nervio pudendo es más frecuente en las mujeres, 6 frente a 4 hombres, que cuentan un dolor de larga evolución que aumenta al sentarse. "Se trata de un dolor neuropático, con sensación de quemazón, irradiado como una descarga eléctrica, continuo o por descargas repentina, sensación de cuerpo extraño, sensación anormal de temperatura, molestias relacionadas con la defecación, disuria, coito doloroso y disfunción sexual", concluye el doctor Prieto Moscatiello. La cirugía, que fue un éxito, duró 120 minutos y la paciente que fue dada de alta a las 24 horas ya presentaba una reducción de su dolor de un 50%.

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