El paciente debe situarse sentado dentro de una cabina insonorizada. Se colocan audífonos en los oídos y se prueban diferentes tonos a diferentes intensidades en cada oído por separado, anulando uno de ellos. El paciente debe indicar con un movimiento de la mano que puede oír cada sonido.
El examinador se sitúa fuera de la cabina insonorizada y no debe mostrar ningún gesto que pueda indicar al paciente cuándo se están emitiendo sonidos o cómo se está variando su intensidad. Los sonidos se emiten por cualquiera de los oídos sin advertir al paciente.
Siempre se comienza realizando la prueba por vía aérea y luego por vía ósea. En ambos casos se empieza enviando sonidos en la frecuencia 1.000 Hz, y luego 2.000, 4.000, 6.000, 8.000, y a 500 y 250 Hz. Se obtiene así el umbral de audición por vía aérea.
Después se repite la prueba colocando el vibrador en la mastoides, detrás de la oreja, primero en un lado y, después, en el lado opuesto, obteniendo así el umbral por vía ósea.
Es el gráfico resultante tras la anotación de los datos obtenidos por audiometría tonal liminar que se representa en un sistema cartesiano de coordenadas en el que aparecen las frecuencias (Hz) en las abscisas y las intensidades (dB HL) en las ordenadas. Se anota con un símbolo el umbral de audición en cada frecuencia.