Le pedirán que se siente o se tumbe. El médico apagará las luces de la sala y mirará, desde muy cerca, y con un aparato cada uno de sus ojos enfocándolo con un haz de luz. No debe moverse ni pestañear. El médico le irá dando instrucciones.
Es posible que, previamente, le instilen en cada ojo unas gotas especiales para dilatarle la pupila. En tal caso durante unas horas verá borroso y no podrá enfocar, por lo que no debe conducir ni realizar actividades peligrosas.