En un oído sano el tímpano y la cadena osicular (martillo, estribo y yunque) se articulan entre sí sin que se produzcan fricciones entre ellos. Sin embargo, esto no sucede cuando la estructura tímpano-osicular está alterada o existe acúmulo de serosidad en la zona. Desde un punto de vista físico, ello supone una alteración de lo que se denomina impedancia acústica, por analogía con el término que en Física indica la resistencia que se nera en un cuerpo al aplicar una fuerza sobre él.
La impedanciometría acústica permite mediar la impedancia de la estructura del oído medio, es decir, la resistencia que sus diferentes componentes oponen al estímulo sonoro, obteniéndose información sobre la presión existente en el oído medio, la integridad y la movilidad del tímpano y la continuidad de la cadena osicular, además de los mecanismos reflejos motores o neurovegetativos y el funcionamiento neurofisiológico de las vías auditivas.
La impedanciometría acústica se compone de dos pruebas: la timpanomtería, con la que se analiza la movilidad del tímpano; y el estudio de lo que se conoce como reflejo estapediano, consistente en la contracción del músculo del estribo ante un sonido fuerte, que por lo general causa una disminución de la movilidad de la cadena osicular y, como consecuencia, un aumento de la impedancia.