Los vértigos posicionales se deben a la lesión o degeneración de las otoconias de la mácula del utrículo (pequeñas estructuras situadas dentro del oído) y de la ampolla del conducto semicircular posterior (sistema que rige el equilibrio). Es decir, se forman depósitos en forma de cristales en esas partes del oído interno.
Al no existir afectación coclear (parte del oído encargada de la audición), no aparecen síntomas de disminución de la audición (hipoacusia), ni ruidos molestos en el oído (acúfenos).
Este tipo de vértigo se produce cuando usted se tumba sobre uno de los oídos o cuando mueve la cabeza hacia atrás para mirar hacia arriba. Suele desaparecer en semanas o meses, pero es posible que vuelva a aparecer tras pasar unos meses o años.