El estrabismo o bizquera es un defecto de la visión que afecta la capacidad del ojo para coordinar movimientos al concentrarse en objetos.
Los ojos mal alineados ocasionan una percepción deficiente de la profundidad y producen trastornos como los ojos cruzados, la bizquera y el estrabismo divergente. Sin un tratamiento adecuado, estas patologías pueden empeorar y ciertos aspectos de la visión podrían verse afectados para toda la vida.
En algunos casos, la incapacidad de los ojos para concentrarse simétricamente se puede atribuir a inconvenientes en los músculos que controlan el movimiento ocular, o se produce por problemas en el cerebro para fundir las dos imágenes que recibe de los ojos, quizá, por la presencia de un tumor que afecte su capacidad de procesar la información visual. A menudo, los niños padecen estrabismo como resultado de alteraciones oculares que se pueden tratar fácilmente con gafas. También se ha comprobado que es posible que el trastorno sea hereditario.
Por otra parte, una enfermedad tiroidea, una lesión de los huesos de la cara, una pérdida visual grave de alguno de los ojos, la cirugía ocular, una gran miopía, problemas neurológicos, habitualmente una parálisis de un nervio que va del cerebro a un músculo del ojo llamado VI par craneal pueden causar estrabismo.
Los diferentes tipos de estrabismo generan diversos síntomas. Según el modo en el que el o los ojos mal alineados estén orientados, las personas que sufren de este trastorno pueden tener inconvenientes para concentrarse en objetos o evaluar distancias, o pueden experimentar visión doble o borrosa. Detectar los síntomas es el primer paso para determinar si resulta aconsejable someterse a un tratamiento del estrabismo como, por ejemplo, la cirugía. Tal vez el síntoma más evidente sean los ojos cruzados, o que un solo ojo se incline notoriamente hacia la izquierda, derecha, arriba o abajo y no pueda coordinar los movimientos con el otro.
Según cuál sea el trastorno de la visión, el estrabismo puede adoptar diferentes formas. Una vez que los médicos hayan diagnosticado con precisión la forma de estrabismo presente, se puede determinar el mejor plan de tratamiento. Si el o los ojos afectados siempre manifiestan una incapacidad para coordinar los movimientos correctamente, la patología se conoce con el nombre de estrabismo constante. Si los problemas sólo se manifiestan ocasionalmente, se lo considera un trastorno intermitente. Otro trastorno, la esotropía, se manifiesta cuando ambos ojos giran hacia adentro, lo que hace que los ojos se vean cruzados.
Si el ojo se desvía hacia afuera y no hacia adentro, el trastorno se conoce como exotropía. Otro tipo de estrabismo es la hipertropía, trastorno en el que la visión simétrica se ve inhibida por una orientación excesiva de uno o ambos ojos hacia arriba. Finalmente, un trastorno complicado, conocido como síndrome de Duane, afecta la capacidad del ojo para llevar a cabo movimientos laterales normales para alejarse y acercarse a la nariz. En este caso, el problema no radica en la inclinación anormal del ojo sino en que éste no puede rotar lo suficiente cuando la mirada se dirige hacia la derecha o a la izquierda.