El ginecólogo llevará a cabo un examen pélvico (le pedirán que haga fuerzas para defecar), que pondrá en evidencia el desplazamiento del cuello uterino en el tercio inferior de la vagina (prolapso de primer grado o leve), un desplazamiento de parte del útero a través de la abertura vaginal (prolapso de segundo grado o moderado) o de todo el útero a través del abertura vaginal (prolapso de tercer grado o severo).
Generalmente, estos signos van acompañados de un desplazamiento de la vejiga y de la pared anterior de la vagina (cistocele), o del recto y la pared posterior de la vagina (rectocele) en el espacio vaginal. En el caso de que un tumor sea la causa del prolapso, lo cual es poco común, se puede notar una masa en el examen físico.