10 consejos para habituar a los más pequeños a cuidar de su sonrisa

La sonrisa es un acto natural, instintivo y beneficioso para la salud. Además, desempeña un papel fundamental en nuestras relaciones humanas
La salud bucodental incide directamente en la salud integral del individuo. Según la Organización Mundial de la Salud, más del 60% de los escolares padece caries
Vitaldent ofrece un decálogo para que los padres se involucren activamente en la promoción de buenas prácticas bucodentales en sus hijos

Hoy por hoy la sonrisa es uno de nuestros rasgos distintivos más importantes. Reírse es un acto instintivo, natural y beneficioso para la salud, ya que aumenta las endorfinas, la hormona del "buen humor". Pero no solo es importante para el bienestar emocional, sino también por el papel que desempeña en nuestra vida social, en el trabajo, en nuestro entorno. La sonrisa es fundamental para las relaciones humanas.

Es por ello que debemos insistir en su cuidado desde bien pequeños. A día de hoy, sabemos que la salud bucodental incide directamente en la salud integral del individuo, por lo que se torna imprescindible su cuidado. "Los padres deben concienciarse de la importancia de cuidar los dientes de los niños, ya sean temporales o definitivos, puesto que desempeñan en los niños papeles tan básicos como hablar o masticar" explica Gustavo Camañas, miembro de la nueva Comisión Médica de Vitaldent.

"Según datos de la OMS, más de un 60% de los escolares tiene caries, una de las enfermedades más frecuentes entre la población infantil. Esto se debe a que los niños son uno de los grupos de mayor riesgo, tienden a comer con más frecuencia, ingieren más dulces y no están concienciados de la importancia de cepillarse los dientes después de cada comida" advierte Gustavo Camañas.

Por esta razón, la labor educativa de los padres es esencial a la hora de prevenir cualquier tipo de dolencia bucal en los más pequeños. Sin embargo, esta tarea no es fácil. Para todos ellos, Vitaldent ofrecen un decálogo con útiles consejos prácticos para ayudar a los padres a motivar y enseñar a sus hijos buenos hábitos de higiene:

  1. Limpieza oral desde el primer día.- Su higiene no se debe limitar sólo cuando hay dientes. Este hábito debe realizarse previamente. Los padres deben limpiar a diario las encías del bebé con una gasa húmeda para evitar la acumulación de bacterias.
  2. Enseñarles a cepillarse los dientes.- Para que aprendan a cepillarse bien, sin dejarse ninguna pieza y sin riesgo de erosionar su esmalte, es recomendable establecer un orden metódico para que lo recuerden fácilmente. Desde Vitaldent se recomienda que primero se cepillen las muelas de arriba, después las de abajo y finalmente las piezas delanteras, siempre con movimientos de abajo hacia arriba. Es importante que los padres conozcan cuál es la técnica correcta antes de enseñarlo a sus hijos.
  3. Hasta los 6 años, la tarea del cepillado recae en los padres.- Tan pronto como salgan los primeros dientes, hay que empezar a limpiarlos con un cepillo de cerdas suaves y preferiblemente sin pasta dental para evitar que los niños se traguen el flúor. A partir de los 3 años, el niño puede participar en el cepillado, pero siembre bajo la supervisión de un adulto para asegurar que lo hace correctamente. A partir de los 6 años, el niño podrá cepillarse de manera completamente autónoma para que desarrolle el hábito y la destreza.
  4. Los dientes de leche también hay que cuidarlos.- Los dientes de leche hay que cuidarlos de la misma forma que los permanentes. Si nuestro hijo presenta caries en un diente temporal, el riesgo de que el diente permanente sea infectado es mucho mayor.
  5. Explorar periódicamente la boca.- Desde el nacimiento hasta aproximadamente los 13 años, sería bueno que los padres explorasen la boca de sus hijos para detectar la presencia de sarro, flemones o posibles caries. Esta exploración también servirá para evaluar la erupción dentaria primaria y observar si hay algún defecto en el esmalte, ya que un color extraño de la pieza dental puede indicar alguna dolencia.
  6. Ser un buen ejemplo y motivarles.- Los niños suelen imitar el comportamiento de los mayores. Hay que compartir el momento del cepillado con los hijos para dar ejemplo. A los más pequeños, a veces les da pereza la rutina de lavarse los dientes. Además, si los padres son demasiado estrictos con este hábito pueden cogerle manía. Por eso, se aconseja convertir este momento en algo "divertido", acompañándolo con juegos o canciones para que así les cueste menos. También es importante felicitarles cuando hagan un buen trabajo en su cuidado bucodental.
  7. Limitar el consumo de dulces.- No hay que eliminar los dulces de la dieta del niño, pero si limitar su consumo. Una buena alternativa es sustituirlos por otros productos más sanos y limitar la ingesta de dulces a un único día de la semana. Es importante que siempre que coma un dulce se cepillen posteriormente los dientes.
  8. Reemplazar su cepillo de dientes.- El cepillo de dientes del niño debe adecuarse a la edad del menor. Los padres también deben encargarse de cambiar el cepillo de su hijo cada tres meses.
  9. La visita al odontólogo.- Lo idóneo es que el niño acuda al dentista cuando haya cumplido los dos años o si ya tiene todos los dientes temporales. En ese momento el dentista podrá realizarle una primera exploración del estado de su boca y valorar si la higiene bucodental que lleva es correcta. Es importante realizar esas revisiones periódicas ya que en ellas se podrá estudiar el correcto desarrollo de los huesos de la cara y la mandíbula, así como cualquier anomalía en la posición de los dientes.
  10. Observar posibles problemas de sueño y respiratorios. Si el niño no duerme bien o padece ojeras de manera permanente puede tratarse de un problema respiratorio producido por el cierre parcial de las fosas nasales al tener un paladar estrecho.

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