El comienzo de año suele venir acompañado de buenos propósitos, pequeños retos que nos proponemos para mejorar aquellos aspectos que pueden dictar nuestro bienestar. La correcta alimentación, la práctica de ejercicio, cuidar las relaciones personales o la gestión del tiempo y el estrés son hábitos que, si practicamos de manera adecuada, contribuyen de manera positiva a nuestra salud.
En este sentido, el Instituto DKV de la Vida Saludable propone doce retos para el año 2016, en el que cada mes signifique una nueva oportunidad para mejorar nuestras costumbres:
- Cuidar nuestra alimentación. Una alimentación equilibrada ayuda a mantenernos sanos y a sentirnos mejor. Para llevar una correcta alimentación debemos respetar las 5 comidas diarias recomendadas, y apostar por una dieta equilibrada y cuanto más variada mejor (fruta, verdura, pan, cereales, pasta, arroz, carnes, pescados, legumbres, lácteos).
- No hay excusas para no mover el esqueleto. Nuestra salud no es completa si no realizamos ejercicio físico de forma habitual. Hay que dedicar, al menos, 30 minutos diarios al ejercicio físico, en el caso de un adulto sano, y aprovechar alternativas que requieran de un esfuerzo físico, como subir escaleras, desplazarse andando, etc. En el caso de los niños, la recomendación es de 60 minutos diarios de ejercicio.
- Descansar lo necesario para vivir más activamente, más sanos y durante más años. Privarnos del sueño daña nuestro organismo y nuestra salud. Debemos descansar cada día el tiempo necesario y dormir entre 7 y 9 horas al día sin interrupciones.
- Realizar una respiración saludable y controlar nuestra energía. La respiración es vital, es el primer proceso fisiológico que realizamos de forma independiente. Pero respirar es mucho más que llenar de aire los pulmones. Aprender a respirar correctamente nos permitirá relajar tensiones a la vez que mejoramos nuestra capacidad torácica. El mejor tipo de respiración existente capaz de aliviar tensiones, es la diafragmática: relaja los músculos y fomenta la concentración.
- Combatir el estrés y disfrutar de cada momento. El estrés es otro de los males para nuestra salud. Tenemos que intentar evitar las situaciones estresantes del día a día y potenciar aquellas actividades que nos produzcan bienestar y calma.
- Dedicar al menos 30 minutos a uno mismo. Sentirse bien con uno mismo es algo indispensable para ser feliz. Leer un libro, salir a pasear, dedicar tiempo al cuidado personal… no solo evitará el agotamiento, sino que nos ayudará a sentirnos mejor con los que nos rodean y a contagiarles nuestro bienestar.
- Mantener una red social sana de familiares, amigos, compañeros y vecinos. Las personas se construyen relacionándose, y aprender a hacerlo es la base para crecer y vivir mejor. Una relación personal saludable es aquella en la que todos los integrantes escuchan y respetan.
- Mantener un peso adecuado. Si lo que comemos tiene más energía de la que se gasta practicando ejercicio, la cantidad de grasa que retenemos aumenta y por consiguiente nuestro tamaño y peso. El metabolismo de la grasa hace que se comporte como un tóxico para el cuerpo y genere daños de acción lenta, como la diabetes, el colesterol, la hipertensión, la apnea del sueño o la insuficiencia cardiaca, entre otras.
- Evitar los tóxicos. El tabaco, el alcohol, el exceso de comida, las drogas… son tan dañinos para el cuerpo como para la mente. Hay que saber decir "no" y decir "basta".
- Evitar los riesgos para mi salud actuando de forma adecuada. En el trabajo, en la conducción de vehículos, en el hogar, en la práctica de deporte, en el uso de fármacos, etc. Solo se previenen accidentes y enfermedades si conocemos de los riesgos que nos rodean.
- Programar en la agenda las fechas de las revisiones médicas preventivas básicas según edad y sexo. La realización de chequeos médicos periódicos pueden prevenir la aparición de enfermedades. Las mujeres deben ser constantes en su visita anual al ginecólogo, y los hombres realizarse una colonoscopia a partir de los 50.
- Ser responsable de mi salud y cuidarla como se merece. Para el mantenimiento de una vida saludable, debemos cumplir todos los propósitos anteriores y ser perseverantes.