28 instituciones europeas establecen nuevas directrices para prevenir la demencia

Un grupo de trabajo internacional liderado por la Universidad de Ginebra (UNIGE) y los Hospitales Universitarios de Ginebra (HUG), en el que participa el Barcelonaβeta Brain Research Center (BBRC), centro de investigación de la Fundación Pasqual Maragall, junto con científicos de más de una veintena de instituciones, ha establecido una serie de directrices para servicios innovadores con el objetivo de prevenir la enfermedad de Alzheimer.

La propuesta se detalla en un artículo publicado en la revista científica The Lancet Regional Health – Europe, e incluye la creación de clínicas de memoria de segunda generación, llamadas 'Servicios de Salud Cerebral' ('Brain Health Services'). Esta nueva red de atención incluiría servicios para un segmento de la población sin deterioro cognitivo que desea preservar o mejorar su memoria, y por las que hay una falta de programas específicos en las clínicas actuales.

En este sentido, el profesor Giovanni B. Frisoni, autor principal del estudio, profesor titular de Neurociencia Clínica de la Facultad de Medicina de la UNIGE y director del Centro de Memoria HUG comenta: "vamos a basar este protocolo en la experiencia de todos los miembros del grupo de trabajo. Algunas de las intervenciones recomendadas están a punto para ser aplicadas o ya están aplicadas. Otras todavía están en desarrollo".

Con 10 millones de personas afectadas en Europa, el alzhéimer es la enfermedad neurodegenerativa más frecuente, y conlleva una pérdida drástica de autonomía para las personas afectadas y un gran impacto en los costes sanitarios. Por este motivo, su prevención se ha convertido en un auténtico reto social. "Los protocolos de prevención a gran escala sobre las mejoras en estilos de vida, como la actividad física, la atención a la nutrición, o la prevención cardiovascular, han reducido el riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer o formas relacionadas", afirma el Dr. Oriol Grau, responsable del Grupo de Investigación Clínica y en Factores de Riesgo por Enfermedades Neurodegenerativas del BBRC y uno de los autores del trabajo. "Sin embargo, la prevalencia de la demencia continúa aumentando con el envejecimiento de la población, y se estima que el número de personas afectadas en Europa se duplicará en el año 2050", añade.

Los "Servicios de Salud Cerebral"

En este contexto, los colaboradores del proyecto han desarrollado un nuevo protocolo preventivo que apuesta por ofrecer servicios innovadores de salud cerebral (o 'Brain Health Services', en inglés). En las directrices recogidas, el grupo investigador ha identificado cuatro pilares de este nuevo enfoque en el ámbito de la demencia y el alzhéimer: la evaluación del riesgo, la comunicación de riesgos, la prevención personalizada y la mejora cognitiva.

"La enfermedad de Alzheimer se empieza a desarrollar muchos años antes del inicio de los síntomas. Por lo tanto, las estrategias destinadas a la prevención son cruciales", detalla el Dr. Oriol Grau. Los cuatro pilares del protocolo permitirán que las clínicas de memoria de segunda generación lleguen al segmento de la población de la que la memoria aún funciona bien y que desean preservarla o mejorarla. "Esta población no encuentra respuestas a las clínicas actuales, y por eso este nuevo modelo es tan relevante", concluye.

Una propuesta innovadora

El objetivo último del protocolo es poder dar soporte e información individualizada a personas con quejas de memoria subjetiva, pero sin alteraciones objetivas en test que evalúan su rendimiento cognitivo, similarmente al actual protocolo de gestión del riesgo de las enfermedades cardiovasculares. En este sentido, el procedimiento establecido por el grupo investigador tiene en cuenta los factores de riesgo de la enfermedad de Alzheimer o trastornos relacionados, tanto genéticos, como el APOE4, o de estilo de vida o condiciones como la hipertensión, la diabetes, el consumo de alcohol, el aislamiento social, la obesidad, la pérdida auditiva, la depresión o el traumatismo craneal. A partir de esta información, se establece un índice de riesgo que se comunica de manera precisa y comprensible al paciente siguiendo una serie de recomendaciones basadas en su personalidad y los antecedentes. Finalmente, se estudian intervenciones farmacológicas y no farmacológicas para reducir estos riesgos, y se brindan métodos de refuerzo o estimulación de la memoria basados en ejercicios, juegos y/o estimulación eléctrica o magnética transcraneal.

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