La bajada extrema de las temperaturas y el estresante ritmo de vida que solemos mantener pueden hacer que la salud de nuestros pies se resienta. Esto, sumado a que, en muchas ocasiones, nuestro sistema inmune también se ve afectado, puede provocarnos problemas como eczemas, sabañones o dermatitis, entre muchos otros.
Para que podamos evitar que esta parte tan imprescindible de nuestro cuerpo se vea dañada, pudiendo incluso repercutir en otras zonas como rodillas, cadera o espalda, desde el Colegio Oficial de Podología de la Comunidad de Madrid (COPOMA) nos recomiendan seguir los siguientes consejos:
1. Elegir un calzado adecuado y adaptado a cada situación
Un imprescindible para mantener la salud de nuestros pies es el calzado. Este, debe adaptarse a la perfección tanto a nuestro pie como a la realidad en la que nos encontremos. Es decir, en primer lugar, es importante que sea de la talla correcta y que nos encontremos cómodos con él. No debemos forzar la utilización de zapatos que nos hagan daño o alteren la estructura de nuestro pie, pues podrían provocarnos multitud de anomalías, sobre todo, a largo plazo y con el uso prolongado de los mismos.
En este sentido, en segundo lugar, debemos ser siempre conscientes del calzado que utilizamos en cada situación. Precisamente en invierno son frecuentes las condiciones climatológicas desfavorables: lluvias, hielo, bajas temperaturas, etc. Por ello, por norma general, en nuestro día a día debemos usar calzados que nos protejan del frío, con suela antideslizante e impermeables.
Es normal que, para ciertos eventos queramos ponernos zapatos, por ejemplo, con tacón, que no cubran del todo nuestros pies o que no presenten la suela más adecuada para evitar caídas. Sin embargo, es importante relegar al mínimo el uso de tipo de calzado e intentar que, al menos, siempre presenten características básicas como la flexibilidad o la sujeción al pie.
2. Prestar especial atención a la protección
Para el bienestar general de nuestro cuerpo, en invierno es esencial mantener nuestros pies bien protegidos. Para ello, no solo es imprescindible la elección de un buen calzado, sino también de los calcetines, que deben ser de fibras naturales para ayudarnos a evitar problemas en la piel.
Además, aparte de por fuera, es básico cuidarnos también por dentro. Dado que en esta época es más frecuente realizar algunos excesos, para evitar una bajada de defensas que propicie la aparición de problemas en la piel, es beneficioso beber mucha agua e incrementar el consumo de alimentos con ciertas vitaminas como C, E y K y de especias como la pimienta, la cúrcuma o la canela. Todo ello, nos ayudará a mantener una buena circulación sanguínea.
3. Mantener cuidados de higiene
Normalmente, en invierno solemos prestar menos atención a nuestros pies que en verano. Con la llegada del frío, los tapamos y, a no ser que notemos algún problema, cuidamos menos nuestra piel y nuestras uñas.
Sin embargo, sigue siendo igual de importante lavarlos, si es posible con jabones neutros, prácticamente a diario, e hidratarlos. Además, es fundamental secarlos suavemente, prestando especial atención a la zona de entre los dedos, y no ponernos los calcetines cuando siguen húmedos, pues podríamos generar la aparición de infecciones.
4. Evitar los cambios bruscos de temperatura
Para evadir la aparición de sabañones y otras anomalías en la piel, es importante evitar cambios bruscos de temperatura. Aunque nuestros pies estén muy fríos, sobre todo cuando lleguemos de la calle, no debemos acercarlos a focos directos de calor.
Por otro lado, además, para evitar que el frío y los cambios de temperatura nos causen estragos, también debemos eludir estar mucho tiempo con los pies inmovilizados. Asimismo, hay que prestar especial atención a la realización de prácticas deportivas, pues no calentar o ejercitar nuestros pies de forma brusca aumenta la facilidad de sufrir una lesión o una alteración biomecánica.
5. Revisar la salud de nuestros pies
Otra de las cuestiones más importantes para evitar anomalías y asegurar el mantenimiento de la salud de nuestros pies es realizar una visita a la consulta de Podología. Como únicos profesionales de la sanidad con potestad para diagnosticar y tratar cualquier anomalía relacionada con nuestros pies nos realizarán una revisión completa. Además, nos darán los mejores consejos adaptados a nuestras circunstancias y situación personal.
Con estos consejos estaremos cuidando nuestros pies y disminuiremos la probabilidad de padecer anomalías. En cualquier caso, por supuesto, cuando las circunstancias climatológicas sean especialmente desfavorables, y por ejemplo haya hielo en las calles, a estas precauciones tendremos que añadir otras como prestar gran atención a nuestra forma de caminar, y hacerlo con precaución.