Acondicionar el hogar mejora la calidad de vida de la persona que sufre la enfermedad de Parkinson

La mayoría de los enfermos pueden mantener una mínima autonomía de vida sin abandonar el hogar. Sólo el 12% de los afectados necesita cuidados severos las 24h del día.
Simon Senior, compañía con más de 20 años de experiencia en la venta de productos para las personas mayores, dispone de soluciones para mejorar la calidad de vida de las personas con párkinson.

El párkinson es una enfermedad neurológica, crónica y degenerativa, que afecta a más de 100.000 familias en España y cerca de 4 millones en todo el mundo, situándose como la segunda enfermedad neurodegenerativa en prevalencia, según la Federación Española de Párkinson, por detrás del Alzheimer.

Debido a los cambios físicos que comporta la enfermedad (temblores, falta de sueño, dolor permanente etc.), los pacientes con párkinson son propensos a sufrir otras dolencias como la depresión, la disminución del deseo sexual, trastornos alimentarios o dependencia a sustancias como el alcohol o las drogas.

En este sentido, y para evitar daños mayores que aceleran la dependencia, la actitud del enfermo y de sus familiares ante la enfermedad es de vital importancia. Además, es necesario saber que se trata de una dolencia que no afecta por igual a todos los pacientes ni sigue una misma evolución. Sólo un 12% de los afectados se encuentra en un grado de dependencia total, mientras que muchos de los afectados pueden continuar teniendo una buena calidad de vida con algunas limitaciones.

El apoyo de la familia y la aceptación de la enfermedad son fundamentales, pues el tratamiento del párkinson no se limita a la medicación, sino que es necesario un apoyo psicológico, fisioterápico y social.

Afrontar la enfermedad y adaptar el propio hogar es esencial para facilitar el día a día de los enfermos. Hoy en día existen en el mercado multitud de soluciones que les permiten realizar sus actividades cuotidianas de manera independiente.

Los síntomas de la enfermedad, como el temblor, la rigidez, la lentitud en los movimientos y los problemas de equilibrio, empeoran con el transcurso del tiempo y pueden dificultar actividades como entrar o salir de la ducha, sentarse en una silla o caminar.

Vivir con un enfermo de párkinson

Para una persona con problemas de movilidad, la higiene personal diaria es un problema que puede, además, representar incluso un peligro para su seguridad. Es necesario que el baño disponga de una silla o taburete con asiento elevado, para evitar caídas. Además, podemos instalar asideros fijos o portables y colocar alfombras antideslizantes en la bañera o ducha.

Es conveniente eliminar las mamparas y substituirlas por cortinas. Para facilitar la higiene personal, podemos colocar teléfonos de baño en lugar de grifos y utilizar cepillos ergonómicos que nos permitan llegar a todas las partes del cuerpo.

Además de la higiene personal, otra de las principales dificultades de los enfermos con párkinson es el vestirse de manera autónoma. Es recomendable que, siempre que se pueda, la persona afectada se vista sin ayuda, ya que es un ejercicio físico que retrasa el deterioro de las articulaciones. Es importante usar ropa cómoda y substituir los botones por cremalleras y velcros. También es necesario utilizar calzadores de mango largo o pone medias y calcetines para facilitar el calzado.

En el mercado también existen objetos de ayuda para ponerse la ropa interior, herramientas adecuadas para las personas que tienen dificultades para llegar a los pies o problemas de cadera o espalda.

La comida es otra de las actividades que pueden ocasionar más dificultades a la persona con párkinson. Para poder manipular los cubiertos, existen en el mercado tenedores ergonómicos que se adaptan a la postura de la mano que más convenga al usuario. En el mercado existen además vajillas de policarbonato que no se rompen ni se calientan en exceso.

El paciente de párkinson también presenta dificultades de movilidad al caminar. Es común que los afectados se queden parados sin poderse mover, que caminen con dificultad o con pasos muy cortos o que pierdan el equilibrio. Para esto es importante llevar siempre un calzado cómodo y utilizar elementos de sujeción como caminadores o bastones.  En el mercado existen bastones tradicionales, en forma de té y multipatas que representan un elemento muy útil para evitar perder el equilibrio.

También es habitual que los afectados por la enfermedad de Parkinson sufran trastornos del sueño, se despierten varias veces por la noche, lo hagan muy temprano o no puedan conciliar el sueño. Es necesario recordar que, con la edad, cada vez se duerme menos. Para que el sueño sea de calidad, existen multitud de camas y colchones que se adaptan a las necesidades de los pacientes con párkinson.

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