Varios estudios han demostrado que factores sociales tales como hábitos maternos (alcohol, drogas, tabaco activo o pasivo, cafeína), ocupación laboral, factores psicosociales, estatus socioeconómico, estrés crónico e infecciones pueden tener un impacto sobre la fertilidad y sobre el resultado de un embarazo en caso de conseguirlo: abortos, nacimientos pre-término, alteraciones del desarrollo en el feto o problemas de salud a largo término son los más comunes.
Nutrición
La obesidad, con un índice de masa corporal superior a 30 kg/m2, es un factor que incrementa el riesgo de aborto; además, está relacionada con abortos sin alteraciones cromosómicas, los cuales pueden resultar recurrentes y causados por factores dependientes del estilo de vida como la edad, la obesidad y los malos hábitos.
En un estudio del 2014, de 117 mujeres que habían abortado, la frecuencia de abortos en fetos cromosómicamente normales entre las mujeres obesas fue del 58% comparado con el 37% en las no obesas; además, las mujeres obesas con abortos recurrentes resultaron tener una frecuencia aumentada. El tener bajo peso (anorexia) también ha demostrado tener influencia negativa tanto en la consecución del embarazo como en su éxito hasta la obtención del bebé sano en casa.
Consumo de alcohol y cafeína
La cafeína tiene relevancia para la salud de la mujer y el embarazo, además de mostrar asociaciones significativas con el aborto espontáneo y el bajo peso del recién nacido. Según datos científicos, las mujeres embarazadas o en edad reproductiva, deberían limitar su consumo: el consumo de 5 o más unidades de alcohol por semana o 375 mg o más de cafeína por día durante el embarazo, pueden aumentar el riesgo de aborto espontáneo.
Déficits nutricionales
Algunas deficiencias nutricionales se han postulado como causas de aborto recurrente. En particular, un déficit de selenio se ha asociado con fallo reproductivo en estudios animales y más recientemente, en humanos.
Igualmente, el alto consumo de folato de los suplementos vitamínicos está asociado a un reducido riesgo de abortos espontáneos. Las mujeres que buscan un embarazo deberían tomar suplementos ricos en folatos para la prevención de defectos del tubo neural porque ello podría disminuir este riesgo.
Enfermedad celíaca
Las mujeres afectadas por esta enfermedad tienen un elevado riesgo de aborto entre otros efectos adversos en el embarazo. Sin embargo, las dietas libres de gluten muestran este riesgo significativamente reducido.
Estas pacientes deberían estar advertidas de los efectos potencialmente negativos de su enfermedad en términos de reproducción y de la importancia de llevar una dieta estricta para mejorar su salud reproductiva, reduciendo significativamente el daño en el tejido placentario en estas pacientes.
Ansiedad y depresión
Las mujeres que han tenido efectos adversos en sus embarazos (abortos recurrentes, muerte fetal, nacidos pre-término o muerte neonatal temprana) ven afectada su calidad de vida, ya que pueden presentar más síntomas de ansiedad y depresión durante su siguiente embarazo comparadas con otras sin los mismos antecedentes, lo cual puede afectar tanto a la consecución de un nuevo embarazo como a la llegada a término del que consigan.
Estrés y sueño
Clásicamente se ha pensado que el estrés en la mujer era un factor que puede actuar de forma negativa sobre la gestación. Se puede determinar el estrés que sufre una paciente a través de diferentes tests psicológicos y con la determinación de cortisol sanguíneo.
Del mismo modo, la deprivación del sueño en mujeres embarazadas resulta ser un factor de riesgo para sufrir abortos. En un estudio se vio que dormir menos de 8h/día era una causa factor de aborto en el primer trimestre.
Factor masculino
En un estudio se investigó el efecto de la exposición al trabajo y el estilo de vida con el aborto recurrente. Los varones del grupo de abortos previos tenían espermatozoides con viabilidad, morfología y motilidad progresiva total, menores. Se encontró relación significativa cuando se superpusieron la exposición ocupacional y los hábitos de vida poco saludables con estos factores seminales alterados. También la obesidad masculina está relacionada con menor calidad espermática, lo cual también es un factor a valorar en el aborto recurrente.
En opinión de la Dra. Yolanda Cabello, embrióloga clínica y Directora del Laboratorio de la Unidad de Reproducción Humana Asistida del Complejo Hospitalario Ruber Juan Bravo, "existe una gran diversidad de estudios que nos demuestran que algunos factores asociados al estilo de vida tienen efectos adversos sobre la fertilidad y sobre la probabilidad de que se produzcan abortos recurrentes; algunos de estos factores pueden modificarse con un cambio de conducta. Otros no."