La Confederación Española de Familias de Personas Sordas (FIAPAS) quiere recordar que se debe tener en cuenta la salud auditiva ya que el uso inadecuado de algunos juguetes o productos de ocio, puede dañar la audición de los más pequeños y de los jóvenes. Perjuicio que, en los últimos años, se viene detectando en mayor número de casos dado el alto número de dispositivos electrónicos que se utilizan.
Consejos prácticos para cuidar la audición
Por ello, como medida de prevención es necesario comprobar la intensidad del sonido que emiten juguetes y dispositivos, verificar si tienen control de volumen y botón de encendido/apagado.
También es importante, en el caso de juguetes infantiles, elegir los que no se tengan que utilizar próximos al oído y, en todo caso, cuidar que los niños no se los aproximen al mismo.
De hecho, los valores máximos de los sonidos emitidos no deberían superar, tal y como indica la Sociedad Española de Otorrinolaringología (SEORL), en ningún caso, los 80-85 dB y deben usarse a una distancia mínima de la cara de 25 centímetros.
El uso prolongado de juguetes o de juegos electrónicos, de forma no controlada, lesiona la audición de niños y jóvenes. Por ello, también exigen vigilancia, control de volumen y de los tiempos de exposición productos tales como: auriculares, reproductores de música, teléfonos móviles, videojuegos, tablets, …
Qué juguete elegir
Por otra parte, en el caso de los niños y niñas con sordera, erróneamente se interpreta que los juguetes más recomendables para ellos son los manipulativos, los que aportan estimulación visual o los individuales que no les exigen interactuar con otros.
A partir de esta creencia, como decimos, equivocada, es frecuente que establecimientos y catálogos de juguetes orienten las compras hacia ese tipo de juguetes o de juegos, sin tener en cuenta que, contrariamente a ese criterio, los niños con sordera, hoy, no solo escuchan a través de sus prótesis auditivas, sino que además la estimulación auditiva en su caso es particularmente necesaria, como también lo es interactuar en el juego con juguetes sonoros para activar el procesamiento auditivo, y desarrollar el lenguaje y la comunicación oral a través de la interacción personal con otros niños y/o adultos.
Hoy en día, los niños sordos se diagnostican en los primeros meses de vida, llevan modernas prótesis auditivas y adquieren tempranamente la lengua oral de su entorno (el 97% de ellos nacen en familias oyentes), por lo que sus opciones de acceso al juego, con la variabilidad individual que lógicamente existe en todo niño (con o sin discapacidad), son idénticas a las de cualquier otro niño.