Tradicionalmente septiembre es un mes difícil para gran parte de la población ya que coinciden el fin de las vacaciones y el retorno a la actividad laboral y a la rutina diaria. A todo esto se le añade el tener que hacer frente a todos los gastos asociados a la vuelta al colegio de los niños. Todos estos factores pueden hacer que aumenten los episodios de estrés y ansiedad, se tenga dificultad para conciliar el sueño e, incluso, se pueda llegar a iniciar un proceso depresivo.
La elección de una dieta determinada ayuda a mejorar el estado de ánimo
Además, de retomar los horarios y rutinas de forma paulatina, los especialistas recomiendan realizar pequeños cambios en la alimentación para lograr obtener la vitalidad y el optimismo necesarios para afrontar este mes con energía.
Según los especialistas de la Unidad de Obesidad de Clínica Opción Médica, el triptófano es un aminoácido esencial que promueve la liberación de serotonina, un neurotransmisor que interviene de manera directa en las regiones del sistema nervioso central relacionadas con el estado de ánimo. El cuerpo no lo produce y se obtiene de forma directa a través de los alimentos que se ingieren. Por ello, si se incluye en la dieta alimentos ricos en triptófano y se incrementa su consumo, el estado anímico mejorará y se podrá afrontar la vuelta a la rutina diaria con una actitud más positiva.
Además de alimentos ricos en triptófano (legumbres, huevos, carnes, frutos secos, etc.), los expertos recomiendan consumir también alimentos que contengan vitamina B6 y magnesio, que mejoran su acción. Las pastas, el arroz, los cereales, el pescado azul, los huevos, el plátano, el tofu, las nueces, la soja, las carnes de ave y los productos lácteos son algunos de los alimentos que no deberían faltar en la dieta.
Al igual que ciertos alimentos pueden ayudar a mejorar el estado de ánimo, otros pueden tener el efecto contrario e incrementar el estrés y la ansiedad que se padece. Por ello, cuando se está atravesando una etapa difícil, es recomendable evitar o limitar en la medida de lo posible la bollería industrial, las harinas refinadas, la comida con muchas grasas, el alcohol y las bebidas con cafeína.