En las últimas semanas se ha producido un aumento de la actividad gripal en España, llegando incluso a triplicarse. Su incidencia ha pasado de 13,7 casos por cada 100.000 habitantes en la semana del 6 al 12 de diciembre, a los 40,3 casos por cada 100.000 habitantes en la semana del 12 al 18 de diciembre, según datos de la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica del Instituto de Salud Carlos III. La humedad y el frío intenso que han marcado la climatología durante las últimas semanas han propiciado la expansión del virus.
Aunque la tasa global de incidencia aumenta, todavía se sitúa por debajo del umbral basal establecido para la temporada 2010-2011, que es de 67,4 casos por 100.000 habitantes. De manera más global, el último boletín elaborado por el centro europeo para la prevención y el control de las enfermedades (ECDC) detalla que 24 de los 25 países europeos han presentado hasta la fecha una actividad gripal de baja intensidad, con la excepción del Reino Unido.
El grupo de población más castigado por la gripe, como suele ser habitual todos los años, lo conforman los niños de entre cinco y 14 años, seguidos por los de cero a cuatro y los de 15 a 24. Las tasas más bajas corresponden a los mayores de 65 años, un grupo de riesgo al que este año vuelven a acompañar los enfermos crónicos de cualquier edad, las Salud de la mujeres embarazadas y el personal sanitario.
El aumento de la actividad gripal se traduce en un incremento del virus de la gripe A (H1N1). Desde el inicio de la temporada se han notificado 23 casos graves hospitalizados confirmados por gripe, de los cuales 15 (65%) corresponden a infección por virus H1N1.