Esta temporada de gripe seguirá marcada por la convivencia con la COVID

Se espera que la temporada de gripe sea "típica", con el pico máximo a mediados de enero

Las primeras semanas del otoño han dado paso a las primeras lluvias, a un descenso generalizado de las temperaturas y, también, al comienzo de la temporada de gripe y resfriados. La asociación entre la llegada del frío y el aumento de los resfriados se explica por la mayor estabilidad de las partículas virales a bajas temperaturas, por la mayor exposición de las vías respiratorias ante las fluctuaciones de temperatura y humedad y por el aumento de las actividades e interacciones personales en espacios cerrados y mal ventilados.

Durante la primera semana de noviembre, la tasa de Infección Respiratoria Aguda (IRA) en Atención Primaria a nivel nacional fue de 479,5 casos por cada 100.000 habitantes, un 22 % más que en la semana previa .

Estas cifras se sitúan algo por debajo de las del inicio de la temporada 2023-2024, con 552,7 casos por cada 100.000 habitantes, que tuvo su pico máximo de contagios durante la navidad, superando los 970 casos por cada 100.000 habitantes.

Previsiones para la temporada de gripe 2024-25

Tradicionalmente, la temporada de gripe en España comienza en la semana 40, a principios de octubre, y se extiende hasta finales de abril e incluso en algunos años puede llegar hasta mayo. Los meses de más impacto pueden variar entre noviembre y marzo. Según el doctor en virología Estanislao Nistal, investigador y profesor de Microbiología en la Facultad de Farmacia de la Universidad CEU San Pablo, "este año no se espera un adelanto de la temporada de gripe".

"Tomando como referencia los datos del hemisferio sur, donde la temporada de gripe (de mayo a principios de octubre) ya ha finalizado, se prevé una temporada típica. En Australia, el momento de mayor número de contagios tuvo lugar durante las semanas 27 y 28 y no hubo un número de casos anómalo comparado con otras temporadas "normales" de gripe. Esto equivaldría a nuestra segunda y tercera semana de enero, pudiéndose extender la alta incidencia en las semanas sucesivas", añade.

Por otro lado, el doctor Nistal augura una nueva temporada de "convivencia entre gripe, COVID y otras enfermedades respiratorias, con síntomas y vías de transmisión similares".

Tratamiento completo desde los primeros síntomas

La gripe, el resfriado común y la COVID son tres patologías víricas comunes que afectan cada año a una buena parte de la población. De hecho, según un estudio realizado por la consultora internacional Kantar para el laboratorio farmacéutico Kenvue, 3 de cada 4 españoles padece gripe o resfriado al menos una vez al año. Aunque son enfermedades diferentes, causadas por virus diferentes, pueden presentar una sintomatología común: tos y estornudos, dolor de garganta, dolor de cabeza, malestar, secreción y congestión nasal, fiebre, etc.

"Para aliviar estos síntomas y evitar complicaciones que deriven en una situación más grave, es recomendable tratarlos desde su aparición y de una manera completa", explica María Belver, farmacéutica. En su opinión, "los medicamentos antigripales ofrecen un abordaje mucho más completo de estas patologías que el paracetamol, que solo actúa frente al dolor y la fiebre, ya que contienen otros principios activos como el dextrometorfano, para calmar la tos, gracias a su efecto antitusígeno; o la clorfenamina, para la secreción nasal y los estornudos".

Alguna fórmulas, además, se complementan con otros ingredientes, como la cafeína, que combate el decaimiento; y la vitamina C, que ayuda a la reparación de los tejidos", añade.

Reducir los contagios está en manos de todos

Según el doctor Estanislao Nistal, "el tratamiento precoz de los síntomas ayuda a reducir su intensidad, aminorando el impacto en la calidad de vida que tiene el proceso infeccioso, pero también ayuda a frenar la propagación de agentes infecciosos respiratorios y contribuye a reducir el número de contagios". Al toser o estornudar, la persona infectada libera gotículas que se dispersan en el ambiente y pueden ser inhaladas por otras personas, propagando las infecciones virales respiratorias. Por tanto, "si esos síntomas se abordan desde el primer momento, reducir las toses y los estornudos, reducirá la cantidad de aerosoles susceptibles de contagiar a otras personas y, en consecuencia, habrá menos posibilidades de contagiar".

Por otro lado, el experto recuerda que "es muy importante que todas las personas seamos conscientes de nuestro papel en la prevención de los contagios, no solo para protegernos a nosotros mismos, sino también para proteger a las personas que están a nuestro alrededor, especialmente si en nuestro entorno existen personas vulnerables, con enfermedades crónicas o inmunodeprimidas". "Una de las medidas preventivas más poderosas es la vacunación, pero también resultan muy eficaces otras medidas sencillas como lavarse las manos con frecuencia, ventilar las estancias regularmente, utilizar mascarilla y reducir el contacto físico con otras personas en caso de síntomas, etc. Este tipo de precauciones fueron muy útiles en su momento para frenar la transmisión de la COVID y son igual de valiosas para evitar la circulación de la gripe y otros virus y bacterias que causan afecciones respiratorias".

En cualquier caso, ante la aparición de síntomas compatibles con alguna infección respiratoria, es recomendable consultar con un profesional sanitario para que pueda valorar la situación.

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