Una investigación, llevada a cabo en España, revela que el consumo de chocolate amargo después de las comidas ayuda a moderar la presión sanguínea sobre el hígado. El chocolate posee, además, un alto contenido en flavonoides antioxidantes. Una buena noticia para los amantes de este dulce.
El estudio ha seguido a 21 pacientes con cirrosis a los que se les ha administrado chocolate amargo después de las comidas con el resultado de una reducción de un 85% en la presión sanguínea de la zona hepática.