Las enfermedades mentales afectan a más de 700 millones de personas en el mundo y al 12% de la población española. Centrándose en los países con rentas medias/altas, casi la mitad de las personas que sufren un trastorno mental no recibe ningún tipo de tratamiento a pesar de que, según afirma la Organización Mundial de la Salud, el impacto de estas enfermedades en la calidad de vida es muy superior a otras como la diabetes, la artrosis o los problemas cardíacos.
Profesionales de ASPY Salud destacan la necesidad de priorizar en el tratamiento de estas enfermedades. "En la mayoría de los casos, sobre todo en tratamientos de depresión y ansiedad, acudir a terapia psicológica es una solución efectiva para conseguir un alivio rápido de los síntomas si se acude con una frecuencia semanal mínima. Además, resulta más asequible económicamente que otro tipo de tratamientos", afirma Pedro Briones, psicólogo de la Clínica Idas, perteneciente al Grupo ASPY.
Según un estudio realizado por el Instituto Hospital Isla del Mar en Barcelona, el coste aproximado de las enfermedades mentales en España es de 84.000 millones de euros anuales lo que supone un 8% del PIB. "La importancia de los problemas de salud mental está subestimada pese a que es uno de los tres motivos principales de bajas laborales de larga duración y se estima que una de cada cuatro personas tendrá algún tipo de trastorno mental a lo largo de su vida", asegura Briones.
Depresión y ansiedad
Los trastornos depresivos son los más frecuentes y afectan a cerca de 300 millones de personas en el mundo, con mayor prevalencia en mujeres que en hombres. Además, se sigue produciendo un incremento progresivo de los casos de depresión que, según el estudio de Riesgos de la Salud Mental en España, ha aumentado un 20% en los últimos años y se prevé que sea la primera causa de discapacidad en 2030.
Los trastornos de ansiedad y pánico han aumentado un 15% en los últimos años convirtiéndose en el segundo trastorno mental más frecuente después de la depresión. "La ansiedad es una enfermedad que complica en exceso la vida de las personas afectando en gran medida a las relaciones sociales y al rendimiento escolar o laboral. Este tipo de trastornos hacen que la persona se suma en un desasosiego continúo sin saber focalizar la causa del problema y con un sentimiento de riesgo permanente que puede desembocar en ataques de pánico. La ayuda psicológica en estos casos es vital en la superación del problema ya que un aspecto que influye positivamente es la compañía de alguien, el sentirse respaldado", concluye Briones.