Cuando llega el verano y con este, la subida de temperaturas y los días más largos del año, la exposición al sol se convierte en una acción recurrente para muchos. Por eso, y aunque suena muy apetecible lucir un bronceado propio de este momento del año, es importante tomar medidas para proteger nuestra piel de los daños que puede causar. Según Alvar Ocano, gerente médico de la compañía aseguradora Aegon "la exposición solar es beneficiosa para nuestra salud. Mejora nuestro estado de ánimo, mejora algunas de las patologías dérmicas y estimula la síntesis de vitamina D; pero es importante disfrutarlo de forma segura y para ello, debemos mantener unos buenos hábitos durante el día". Hay que recordar que una piel cuidada no solo lucirá más bonita, sino que estará más sana. Para conseguirlo, los especialistas médicos proponen una serie de consejos que se pueden seguir para cuidar la piel durante el verano, y disfrutar de un bronceado saludable y seguro.
Disfruta del sol, pero de manera gradual y con protección
Tras los días de frío, ¿a quién no le apetece notar el calor del sol en la piel? Es importante pensar que, en los primeros días de verano, nuestra piel está más sensible y hay que prestar atención especial a zonas que quedan más al descubierto como el pecho, hombros y nuca. Para ello, hay que utilizar siempre protección solar y evitar tomar el sol en las horas centrales del día ya que la incidencia es mayor. Según pasen los días y la piel vaya acostumbrándose, podremos aumentar de forma regular la exposición a este. Es recomendable usar protectores solares de amplio espectro, que deben renovarse cada cierto tiempo mientras exista exposición al sol, más aún si nos bañamos.
Mantén una correcta hidratación
El sol deshidrata tu cuerpo y elimina humedad de la piel por eso, es común notar la piel más seca en verano. Si no le ponemos remedio, los rayos ultravioletas pueden alterar los niveles naturales de humedad y aceite de tu piel dejando una sensación de sequedad y descamación. Antes de aplicar cualquier crema hidratante, es muy importante que la piel este limpia, ya que en verano el sudor, la arena, etc., ensucian más la piel. Por eso, adicional al uso de forma tópica, es muy importante beber agua de forma constante y no esperar a tener sensación de sed para beber agua. Tener cerca una botella de agua en la oficina o en tu zona de descanso, te ayudará a convertir esta acción en un hábito.
Apuesta por una alimentación saludable
Según los últimos datos recogidos en el VI Estudio de Salud y Vida de Aegon, más de un 66 % de los españoles cree llevar una alimentación sana y equilibrada y es que seguir una dieta rica en vitaminas, minerales y antioxidantes ayudará a conseguir a una piel saludable y bonita. Incluir fruta y verdura fresca, especialmente aquellas ricas en vitamina C, E y betacarotenos ayudarán a combatir los radicales libres generados por la exposición al sol y contribuirá a prevenir la degeneración de las células.
Pon atención a los cambios de tu piel
Cualquier cambio en tu piel como lunares que modifican su tamaño, forma incluso color o cualquier lesión o cicatriz que no sane, puede ser síntoma de alarma. En estos casos, es imprescindible consultar con un profesional dermatólogo ya que detectar de forma temprana cualquier problema, es imprescindible para tratarlo de forma eficaz.
Usa ropa adecuada
Elegir bien cómo vestir también es importante. Determinadas prendas pueden proporcionar una barrera adicional contra los rayos UV como las de colores claros que repelen los rayos solares a diferencia de los tonos oscuros. También, utilizar ropa que te cubra la piel pero que la deje respirar ya que las prendas muy ajustadas retienen mucho el calor. Además, se aconseja utilizar tejidos naturales y frescos, que permitan la transpiración. Por último, utilizar sombreros o gorros pueden ser muy útiles para actividades al aire libre de forma prolongada.